Desde El Tablón : Empate vs. Liga de Quito, tomemos conciencia (Columna de Opinión del Hincha – eltablon@locoxelrojo.com.ar)
Resulta una motivación especial cruzar el Rio Tigre en busca del ferrocarril Mitre, ya con la mirada puesta en la Ciudad de Avellaneda. Juega el Rojo señores, allá iré una vez más.
Aunque cada vez es único verte, se juega la Copa Libertadores, siendo un martes, es más especial aun.
Durante el día tuve sensaciones encontradas entre lo que puede dar nuestro plantel profesional, lo que no puede dar, los aciertos y errores tácticos; y contra quien nos enfrentábamos hoy.
La Liga Deportiva Universitaria de Quito, Ecuador; uno de los dos mejores equipos del continente del último lustro. Lejos. Por continuidad de gestión, por nivel futbolístico y por logros obtenidos.
E Independiente penando en su patología “bajón post gol contrario”. Con jugadores que no son tan malos, pero con tibiezas dentro del campo de juego que no son acordes a lo que deberíamos ser.
Los eliminamos en la Sudamericana, si, pero ahora es distinto.
Subte C. Retiro, Constitución.
Rebotaba entre la angustia que me genera por momentos este equipo y la gloria obtenida hace poco, la hombría por momentos mostrada.
Me sentía desconcertado imaginando el partido.
Había que ganar.
Siempre es una alegría cuando finalmente el ferrocarril Roca arriba a la estación Avellaneda, cruzar Pavón como flotándole por encima caminando por las vías, sobre el puente, para desembocar directamente a Díaz Vélez.
Bienvenidos al universo del Rojo. Ahora sí.
El tráiler de venta de entradas estaba casi sin gente, conseguí mi popular, camine por nuestras calles, me cruce con gente querida, disfrute un chori y arremetí contra los molinetes anti motines.
Esa inmensa nube roja invadió el Libertadores de América abrazando a todo fiel espectador que vibrara internamente, hizo flexible el cemento de la tribuna, se fundió en la ceguera de una locura hermosa, siempre rebelde, todo rojo, todos con fe.
Resulto ser un buen partido, se jugó con dignidad y entusiasmo. Por momentos se vio futbol, toque y tenencia del balón. Esta vez la fortuna no nos acompaño.
Se empato 1 a 1.
Hoy no se pudo ganar, el plantel se fue aplaudido por la entereza, pero estos jugadores no terminan de entender lo que significa la grandeza de Independiente porque quienes marcan el rumbo tampoco la entienden, ni les interesa.
No puedo dejar pasar que este plantel es fruto de la improvisación dirigencial.
Es imposible no asociar la falta de buenos resultados reales, continuos, volumen de juego constante y rendimientos colectivos positivos, con la mediocridad en la toma de decisiones desde la cabeza del club.
Siempre es hermoso ver el Estadio colmado de hinchas Rojos, de esperanza, de lucha, de grito y unión. Volvimos a jugar LA copa. Deseo profundamente que podamos armar un club en donde no tardemos tanto en volver y desparramar hombría de bien y buen futbol.
Me fui tranquilo. Sin alteración, lo justo es justo, no estamos para más.
Sin un buen club, no podemos tener un buen equipo.
Cargue los petates de viaje, me despedí de la cancha y cruce la capital de Sur a Norte, llegando con las calles silenciosas nuevamente al cruce con el Rio, en algún lugar internamente aliviado de que solo nos tenemos que preocupar por sumar puntos en el torneo local.
Fue un sueño hermoso, ahora asumamos la realidad y trabajemos todos juntos para cambiarla.
Por Tomás de Tigre
