En la mayoría de los casos, un equipo que comienza y termina una fase de grupos ganando y jugando bien, suele refleja el buen momento futbolístico del mismo. No fue el caso de Independiente, quien tuvo un arranque arrollador con aquel 3 a 0 a Peñarol y, sin embargo, se despidió de la Copa Libertadores con una justa victoria en el mítico estadio Centenario de Montevideo el martes por la noche. Lamentablemente, la victoria no sirvió para volver a Avellaneda con la clasificación.
Desde el punto de vista táctico, el planteo fue correcto. Con la eliminación prácticamente consumada (debía hacer ocho goles para avanzar a Octavos), el Turco Mohamed había anticipado que sus dirigidos jugarían un partido digno, acorde a la historia del club, y presentó un equipo ofensivo con un mix entre titulares y suplentes. La estrategia dio resultado y el Rojo fue superior a Peñarol en el balance general.
En la mitad de la cancha, el equipo tuvo en Roberto Battión el eje de la circulación de pelota y del quite. Independiente supo ocupar mejor los espacios en éste sector y controló los avances del rival, quien ante la imposibilidad de atacar con claridad le cedió terreno y protagonismo al Rojo. De hecho, el ex-Banfield asistió de manera exquisita a Facundo Parra para que éste convierta el único tanto del partido.
Con centrales relativamente sólidos, laterales proyectados en ataque y delanteros que siempre generaban peligro en cada subida, el equipo se agrandó anímica y psicológicamente, aún cuando Peñarol no se rendía y buscaba el empate. Las pretensiones del local se vieron más opacadas con el ingreso de Patricio Rodríguez en el segundo tiempo, ya que el 10 dejó mareada a toda la defensa con sus amagues, gambetas y desbordes.
Como dato de color, la infantil expulsión de Fabián Assmann sobre el final produjo el debut en el arco de Parra, quien no pasó sobresaltos en los diez minutos que intervino. En consecuencia, el joven arquero se perderá el partido de ida de la Recopa Sudamericana ante el Inter de Porto Alegre. De igual forma, la sanción no preocupa si se tiene en cuenta el buen nivel de todos los guardametas del plantel.
Así las cosas, Independiente se acordó muy tarde de salir a ganar y se despidió de su viejo amor muy temprano. Claramente el partido frente a Godoy Cruz y el empate ante Liga, ambos en Avellaneda, lo condicionaron en su momento para que hoy no esté en Octavos de Final. Lo positivo del asunto es que se encontró una idea de juego y una base de equipo para encarar lo que se viene. Ahora, a pensar en el torneo local, donde nos espera una nueva edición del clásico de Avellaneda.