Anecdotario copero

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Las viejas glorias del club, Osvaldo Mura, Miguel Ángel Santoro, Eduardo Maglioni, Ricardo Pavoni, Roberto Ferreiro y Carlos Cecconato (éste último en lugar de Carlos Goyén, que se ausentó) dieron una charla en la Sede de Avellaneda donde contaron anécdotas y recordaron sucesos de sus épocas como jugadores de Independiente.

Osvaldo Mura, ganador de las dos primeras Copas Libertadores (1964 y 1965) y de los Nacionales de 1963 y 1967, contó lo exigente que era la gente en esas épocas. “Me tocó vivir un partido que había un jugador que era muy capo y venía gambeteando desde mitad de cancha, llegó al área y se la sacaron. Entonces agarró pastito de la cancha y se puso a comerlo. ¡Se armó un lío!, la gente hizo un quilombo bárbaro, rompieron los carnet, de todo… Pero el lunes siguiente estaban todos haciéndose socios de nuevo… ¿Cómo iban a perderse a Independiente?”

Miguel Ángel “Pepé” Santoro, quien se adjudicó los torneos locales de 1963, 1967, 1970, 1971; las Copas Libertadores de 1964, 1965, 1972 y 1973 y las Copas Interamericana (1972) e Intercontinental (1973), abrió el tema de como las buenas relaciones entre los integrantes del plantel –que luego continuaron explayando Pipo Ferreiro y el Chivo Pavoni- logran grandes resultados dentro de la cancha.

“En esos momentos eramos todos amigos y se solía después de cada entrenamiento o partido salir a comer todos juntos con la familia… y el que por cuestiones de distancias estaba solo, compartía la mesa con cualquier compañero”, dijo Pepé. Es el día de hoy que Santoro mantiene una excelente amistad con Pavoni, que sobrevivió al paso del tiempo. “Hoy en día tendrían que sobresalir estas buenas actitudes antes que las peleas, que solamente dividen más y más a los grupos”, señaló.

Eduardo Maglioni, campeón de los Metropolitanos 70 y 71, de las Copas Libertadores 72 y 73 y de la Interamericana e Intercontinental 73, contó como, en el recordado partido con Gimnasia donde convirtió tres goles en un minuto y cincuenta y un segundos, no se percató de lo ocurrido hasta que el partido se dio por terminado y se lo contaron. “Cuando terminó el partido me preguntaron qué había hecho y yo pensé que le había dicho algo malo a la prensa, porque solían retarme por eso”, explicó Maglioni. Después de preguntarle a Roberto Goicoechea, el árbitro del partido, se enteró que los tres goles los había hecho en un tiempo record, que hoy en día sigue manteniéndose.

Así mismo, Ricardo “Chivo Pavoni”, ganador de tres campeonatos locales, 5 Copas Libertadores, una Intercontinental y 3 Interamericanas, narró que en Uruguay el había dejado el fútbol porque ganaba $105 por mes. Al haber tomado la decisión de casarse, tuvo que tomar un curso para trabajar en un casino, de croupier. Mantuvo ese trabajo hasta que un día le informaron que a la mañana siguiente debía viajar a la Argentina, ya que el Club Atlético Independiente quería contratarlo. El presidente del Rojo en ese momento era Herminio Sande, que le preguntó cuánto quería cobrar, a lo que Pavoni le respondió: “Un millón de pesos”. Sande le explicó que ese dinero solamente lo cobraban jugadores como Hacha Brava y Tomás Rolán, pero El Chivo igualmente aceptó gustoso el sueldo propuesto por el club.

Uno de los mejores recuerdos que Ricardo Pavoni mantiene de esas épocas, es que en el vestuario de la cancha, estaba pintada en las paredes la Copa Libertadores con los nombres de todos los jugadores que se habían consagrado campeones de la misma. “Uno todos los días lo veía y por lógica, por envidia o por ambición, quería tener su nombre ahí. Eso hacía que el grupo se formara y sea fuerte. Tu objetivo era estar en esa pared” explicó El Chivo. Es por eso que hoy en día sostiene que los buenos equipos se forman “en base a buenos grupos”.

Roberto “Pipo” Ferreiro, quien obtuvo tres títulos locales y las Libertadores de 1964 y 1965 como jugador y la Copa Intercontinental en 1973 como técnico, habló sobre su fanatismo por Ernesto Grillo y como se adjudicaron la Intercontinental. “Yo era una desaforado hincha de Independiente y había comenzado a jugar en las inferiores. Entrenábamos a las 17 en el estadio y yo iba a las 15 a ver esa famosa delantera que maravillaba a todos. Tengo una idolatría impresionante por Ernesto Grillo y me parecía mentira que lo podía ver en los entrenamientos de atrás del arco. Tiempo después se me hizo realidad el sueño del pibe: Me hicieron un contrato y tuve la suerte de entrar al vestuario y estar cambiandome al lado de el”, contó Pipo, quien agregó que hoy en día la casa de Grillo es su casa, ya que la compró: “No sé si en cierto punto es un homenaje hacia el”, explicó.

También narró como a pesar de tener todo en contra, lograron adjudicarse este último trofeo. “Fue simple: El Ajax no quiso jugar la copa por problemas políticos y la Juventus quiso participar. Las condiciones eran que se jugaba allá, con pelota y árbitros italianos”, dijo Ferreiro y agregó que cuando los dirigentes del club le comentaron la oferta, le preguntó a los jugadores y todos juntos decidieron tomar el reto. El resto es historia: con un gol de Ricardo Bochini, el Rojo consiguió la victoria y se coronó campeón de su primer Copa Intercontinental. “El lema que usábamos era el de los 3 mosqueteros, todos para uno y uno para todos, el cual se nos hizo carne a todos. Por eso es que por sobre todas las cosas nos respetábamos. Al club lo hacen todos… jugadores, directivos, médicos, hinchas… eso hace que el club sea grande”

Por último, Carlos Cecconato, quien fue partícipe de las giras que realizó Independiente en Brasil (1951/52) y Europa (1953/4) y es uno de los integrantes de la delantera más famosa del país, narró el gol que le convirtió a Boca, en la Doble Visera, en el partido que Mauro Boyé había vuelto al club de la Ribera. “En realidad yo fui para ver si podía agarrar la pelota, porque faltaba un minuto y estábamos perdiendo. En esos momentos cuando faltaban cinco minutos más o menos y el equipo va ganando, la hinchada agita un pañuelo blanco. Entonces digo `ya está´. Para colmo, Boca en ese tiempo ganaba poco en la cancha de Independiente. Así que me meto en el area, tiran el centro y me zambullí de cabeza e hice el gol. A veces cuando me piden que lo narre, digo que me tiré por el cansancio y listo”, concluyó.

Al finalizar la velada, se sorteó una camiseta ente el público presente y se dio entrega a los protagonistas de la noche un obsequio por parte del Departamento Cultural y Social y el Círculo de Socios Vitalicios de Independiente.

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