No se podía esperar mucho más de Independiente en Quito. Un equipo alternativo que básicamente jugó a defenderse, obtuvo el resultado más predecible en el partido de ida de la Copa Sudamericana, esa que será muy difícil de reconquistar si no hay un cambio profundo.
Las desventajas de jugar en la altura fueron tan claras como en las dos anteriores visitas de Independiente a Ecuador. Liga aprovechó la localía y su resistencia física ante un equipo que propuso poco y que especuló mucho, y así le fue.
Ramón Díaz decidió refugiarse en su propio campo, mantener un orden en defensa y esperar algún contragolpe, pero el planteo no dio resultado y los dirigidos por el Patón Bauza se agrandaron cada vez más con el correr de los minutos.
Las poquísimas apariciones de Independiente en campo rival tampoco fueron bien aprovechadas: primero Marco Pérez, cuando el partido estaba 0 a 0, y después Leonel Galeano, sobre el final, desperdiciaron dos chances clarísimas para lograr un gol que permita jugar con más aire y margen a Avellaneda. Por el contrario, Liga de Quito encontró los espacios justos para vencer a Hilario Navarro (de buena actuación) y quedarse con una merecida victoria en su estadio.
Es cierto que la prioridad es el clásico ante Racing, que los ojos estaban más puestos en el domingo y que la urgencia está en el torneo local. Lo triste es la mala imagen que dejó Independiente en el exterior, más allá de que el plantel que viajó a Ecuador tenía mayoría de suplentes. Quizás por ese motivo, Ramón Díaz supo que no podía aspirar a más ante los ecuatorianos y decidió tener como prioridad la defensa del cero en el arco propio, algo que no dio resultado.
Sin dudas será muy difícil revertir la situación el próximo 12 de octubre, ya que dos goles de desventaja ante un rival como Liga de Quito dejan poco margen de error para la revancha. Independiente deberá salir a ganar desde el minuto cero sin especular, tratando de equiparar las cosas rápidamente si quiere seguir con vida en la Copa Sudamericana. Todo dependerá de la evolución del trabajo del entrenador del Rojo, que con algunos errores se arregla como puede.