Un pobre empate

Independiente empató 0 a 0 frente a Unión de Santa Fe en el Libertadores de América en un partido para el olvido. El Rojo dejó pasar otra chance más de sumar de a tres de cara a los promedios de la próxima temporada, donde está en una situación más que complicada. Los jugadores se fueron de la cancha bajo una lluvia de insultos y silbidos.

Unión era el rival más accesible en la teoría de acá al final del Clausura. La gente se acercó en un gran número al Libertadores de América para ver al Rojo conseguir tres puntos más que necesarios para no sufrir la temporada que viene. El cielo amenazaba con caerse abajo, pero lo único tormentoso fue el rendimiento del equipo de Cristian Díaz.

Al comienzo del primer tiempo Independiente salió a buscar el partido. El Rojo se hizo dueño de la pelota, con muy pocas ideas y sin lastimar al rival. Las jugadas nacían en los pies de Hernán Fredes y Fabián Monserrat, pero terminaban en las buenas intenciones de Patricio Rodríguez y Lucas Villafañez, con centros tibios y desbordes sin trascendencia. Los de Kudelka sólo tiraban pelotazos para que Paulo Rosales y Jeronimo Barrales.

Pero en la mitad de la primera etapa cambió el rumbo del partido. Unión comenzó a poner la pelota en el piso y aprovechó las falencias defensivas. Las más situaciones mas claras las tuvo en Tatengue con un tiro de Rosales que tapó muy bien Gabbarini y un buscapié trás un desborde que nadie llegó a conectar.

En el segundo tiempo hubo un jugador que se encargó de complicar a toda la defensa de Independiente. Jeronimo Barrales tuvo dos chances claras de poner en ventaja a su equipo. Primero aprovechó una desatención de los centrales del Rojo y fue Eduardo Tuzzio quien salvó las papas. Segundo un nuevo error defensivo que terminó con un cabezazo que pasó muy cerca del palo.

Independiente tenía la pelota pero no lastimaban en el área rival.  Tampoco sirvieron de mucho los cambios que metió Díaz para romper el cero, ya que PatricioVidal y Facundo Parra no aportaron muchas soluciones. Sin embargo, quien sí seguía lastimando era el mejor jugador de la cancha: Barrales. El delantero de Unión tuvo una nueva chance para darle el triunfo a los santafesinos, pero nuevamente respondió bien Gabbarini.

El equipo no contagiaba, comenzaron los primeros murmullos. Algunos silbidos para Patricio Rodríguez y Cristian Pellerano cuando dejaron la cancha y el final del partido dejó solo intentos desesperados del Rojo para buscar el triunfo.

La gente despidió al equipo con una lluvia de silbidos e insultos. El final del Clausura es complicado ya que debe jugar con equipos que se juegan el título y el descenso. El Rojo también tiene obligaciones de cara al promedio de la próxima temporada, donde el panorama es muy negro.