Montenegro: “No soy un salvador, soy un agradecido”

Daniel Montenegro fue presentado esta tarde en la Sede Social de Avellaneda como el flamante primer refuerzo del Club Atlético Independiente. En su cuarto regreso al club, llega como jugador libre, con un contrato por un año y medio, que lo vinculará hasta junio del 2014.

“Era una decisión personal, donde entendía que una parte mía estaba acá. Viví muchas alegrías, muchos momentos buenos como salir campeón, ser capitán, jugar en la Selección. Las sensaciones siempre son diferentes, cada etapa fue algo lindo. Me encuentro un club que es como si fuese mi casa, por todo lo que viví. Pasar cuatro veces por acá no es cosa de todos los días. Es donde quiero estar y puedo ser útil. No soy un salvador, soy un agradecido”, arrancó el Rolfi, quien vestirá la camiseta número 10. “Era importante poder ser útil, poder ayudar y poner el hombro a partir del 3 de enero”, agregó.

“No solamente yo tengo que aportar, ésto tiene que ser un grupo, como una familia. Todos tenemos que tirar para el mismo lado, esto va a ser en conjunto, porque uno solo no puede salvar a nadie. Lo tienen que entender los jugadores, los dirigentes y la gente”, explicó Montenegro. “Éste es un club grande por la gente, por su historia y tenemos que ponerlo bien arriba entre todos”, añadió.

También tuvo palabras de elogios con Américo Rubén Gallego: “El Tolo es una persona muy importante para mi carrera. Yo lo quería ver cara a cara y que me diga personalmente lo que pasaba. Lo vi con muchas ganas, muy entusiasmado y fue un almuerzo muy positivo. Ojalá esas ganas las tengan todos los demás compañeros”.

En cuanto a sus sensaciones para el próximo torneo fue claro: “No hay partidos iguales, cada uno va a ser especial. Van a ser todas finales, mientras más partidos ganemos, más tranquilos vamos a estar”. Y siguió: “Hablando con Javier, me empezó a nombrar los jugadores que están y jugué con la mayoría. Lo que pasó no lo sé, porque no estaba. Creo que la mentalidad tiene que ser otra y no mirar para atrás”.

Por último, se despidió con un deseo: “Cuando llegue junio ojalá podamos levantar otra copa, no la del brindis. Es un deseo que todos podemos tener”.