Independiente fue goleado 3 a 0 por Racing en su primer partido del Torneo de Verano 2014. Gabriel Hauche, Sebastián Saja -de penal- y Valentín Viola liquidaron la historia en el primer tiempo, que tuvo un expulsado a los cinco minutos: Claudio Morel Rodríguez. Penosa imagen dejó el “Rojo” en su primera presentación del 2014.
El marco era imponente. Las dos hinchadas dijeron presente y presentaron un José María Minella casi colmado. Pero sólo los de Racing se llevaron la alegría, porque los jugadores de Independiente tiraron todo por la borda en sólo cinco minutos. Al minuto de juego, tras un pelotazo de Saja, Julián Velázquez cometió una grave falla defensiva y dejó sólo a Hauche, que definió con una gran chilena para el 1 a 0. Cuatro minutos más tarde llegó la primera patada violenta de la noche: Morel Rodríguez le pegó un durísimo planchazo a Diego Villar y Pablo Lunati le mostró la roja.
El panorama era negro, aunque el “Rojo”, con uno menos, tuvo la pelota algunos minutos y pudo convertir por medio de Facundo Parra, que no llegó a conectar un centro de Matías Pisano. Pero cuando Racing se lo propuso, a los 33 minutos, lastimó. Tras otro error importante en la marca de Velázquez, Hauche se escapó y obligó a Diego Rodríguez a comerterle penal, que Saja cambió por gol con un violento zurdazo.
El clásico ya parecía liquidado, pero la “Academia” se encargó de agrandar la diferencia a los 39′, por medio de un cabezazo de Valentín Viola, tras una floja marca de Velázquez y Reinaldo Alderete. 3 a 0 y final de la primera parte.
El complemento pareció estar de más. Salvo una llegada de Viola, el equipo de Reinaldo Merlo se dedicó a tocar de un lado al otro, generando el “ole” de sus hinchas, ante un pasivo Independiente. Recién en los últimos 10 minutos, Martín Benítez, con un remate que sacó Saja y Pisano, con un remate en el palo, pudieron inquietar al rival.
Lunati pitó final y el equipo de Omar De Felippe se fue con una imagen penosa en el primer encuentro del año. Se sabe que no se juega por los puntos, pero es un clásico y la actitud no se negocia.