Federico Insúa entró desde el banco de suplentes y festejó en la primera que tocó. El Pocho marcó el empate ante Douglas Haig en Pergamino cuando todo parecía complicarse para el Rojo.
El local ganaba por la mínima diferencia y el fantasma de la derrota volvía a acercarse a Independiente. Sin embargo, los aires cambiaron de manera inesperada a los 17 minutos del segundo tiempo, sólo 60 segundos después del ingreso de Insúa por la lesión de Facundo Parra.
Tras un centro de Cristian Tula, el arquero Emiliano Olivero se lució con dos tapadas a Daniel Montenegro y Sebastián Penco, pero dejó un nuevo rebote para que Insúa la empuje al lado del arco, casi de casualidad.
Fue el 27º gol del Pocho en 106 partidos jugados con Independiente y el 4º desde su vuelta al club. Una vez más, pareció demostrar que sus gritos traen suerte, ya que el Rojo ganó 18 de los 22 partidos que tuvieron a Insúa como goleador.
