El Análisis: con poco, fue un claro ganador

Se fue un nuevo clásico de Avellaneda y otra vez fue victoria para Independiente. El Rojo venció 2-1 a Racing y, con poco, fue un claro ganador del partido. Fernando Rapallini, árbitro del encuentro, tuvo un mal desempeño, pero algunos sectores de la prensa -ya sea por ignorancia o mala intención- instalaron que perjudicó al equipo de Diego Cocca. Una afirmación completamente alejada de la realidad. Dentro de este nuevo análisis táctico, habrá uno sobre el juez.

Si bien Jorge Almirón volvió a poner misterio en la semana previa al clásico en lo que refiere al equipo, finalmente arrancó el encuentro con un solo cambio respecto de la victoria ante Olimpo. Juan Martín Lucero fue de titular y salió Jesús Méndez, que ni siquiera concentró. De esta forma, el Rojo se paró con un claro 3-4-1-2. Lo extraño, otra vez, fue que Escudero -de flojo partido en Bahía Blanca y sin estar al 100% en lo físico- ocupó el puesto de lateral-volante por izquierda. Y le costó muchísimo. No se entiende su posición, sobre todo porque el entrenador insistió por él para que juegue de central. La imagen táctica del equipo:

Los primeros 15 minutos del partido fueron favorables a Racing, que fue un poco más que el local. Así, en la primera jugada de peligro, Diego Milito convirtió el primer gol de la tarde. Ricardo Centurión recibió un pelotazo cruzado y Rodrigo Gómez no pudo pararlo. Luego, lanzó un centro por abajo y Cristian Tula tiró el offside muy tarde. Así, habilitó perfectamente a Milito, que definió bien en el mano a mano con Rodríguez. La imagen del gol:

Parecía que el encuentro se iba a hacer cuesta arriba, pero todo cambio en menos de 2 minutos. Federico Mancuello aprovechó muy bien un tiro libre lejano al área y Sebastián Penco marcó el empate de zurda, casi abajo del arco. Sin embargo, hubo un gran movimiento de Cristian Tula en ese gol. Se llevó a Videla con el cuerpo para que este habilite a todos los del Rojo como se ve en la imagen:

Por otro lado, fue muy bueno el desmarque de Penco cuando la pelota estaba en el aire. Le ganó a su marcador y, ayudado por el gran lanzamiento de Mancuello, hizo el típico gol de un delantero de área:

Sólo pasó un minuto y el partido quedó en las manos de Independiente. Con un Racing abatido anímicamente y un Rojo en alza, los jugadores tomaron confianza. Así, armaron una gran jugada de 8 toques y Daniel Montenegro, más que un centro, le dio un gran pase aéreo a Mancuello para que anticipe a Sebastián Saja, que salió mal. El momento del pase del Rolfi:

A causa de la lesión de Escudero -por pegarle una patada al banderín del córner- ingresó Marcelo Vidal en los últimos minutos del primer tiempo. De esta forma, Mancuello pasó a la izquierda para que Bellocq-Vidal conformen el doble 5. En esta imagen se puede ver de forma clara cómo salió Independiente a jugar el segundo tiempo en defensa:

En los últimos 25 minutos del complemento, Independiente le regaló la pelota a Racing y se paró para salir de contra. Con esa ventaja, la Academia no supo nunca qué hacer y fue impotente a la hora de atacar. Sólo atinó a tirar pelotazos y centros al área, que fueron bien rechazados por la defensa local. Pero fue peligrosa la decisión de Almirón. El equipo estuvo parado en campo propio en ese lapso como se ve en la imagen y es para destacar el desgaste físico de Lucero, que siempre dio una mano a la hora de marcar:

Independiente, con poco volumen de juego, fue el justo ganador del partido. Le alcanzó para crear 6 situaciones claras de gol, mientras que Racing sólo lo pudo hacer 2 veces. ¿Rapallini? No fue determinante desde ningún punto de vista en el resultado final, ya que su arbitraje fue malo para los dos lados.

Contar una historia, no sólo una parte

Al término del encuentro, como suele ocurrir casi siempre en los clásicos, desde el plantel de Racing comenzaron las quejas sobre el arbitraje. Lo mismo hizo un sector de la prensa, con una falta de análisis notoria y una carencia de precisión enorme. ¿Tuvo una mala tarde? Sí. ¿Fue parcial? No. Los errores fueron groseros para los 2 equipos. ¿Qué persona con dos dedos de frente puede afirmar que un gol es ilícito porque nació de un tiro libre muy lejano que no fue? Es de una ignorancia absoluta. No, no fue plancha de Milito, pero el tiro libre fue a más de 40 metros del arco. El gol llegó gracias a la buena ejecución de Mancuello, la mala marca de la defensa de Racing y la nula salida de Saja.

¿Cómo se puede catalogar como determinante un tiro libre así? Sin ir más lejos, Racing tuvo 12 tiros libres a favor en campo contrario durante el segundo tiempo. 4 de ellos no fueron falta. ¿Cuál fue la diferencia? Racing no los aprovechó, Independiente sí.

Por otro lado, Gabriel Hauche debió ser expulsado, al menos, 2 veces, ya que debería haber visto la amarilla en cuatro oportunidades, pero Rapallini nunca se la mostró. Debió ser amonestado a los 5 minutos del primer tiempo por un rodillazo adrede a Diego Rodríguez, por insultar a la tribuna en el gol de Milito a los 13 minutos, por “cabecear” con el puño a los 32 minutos y por una plancha a Mancuello a los 15′ del segundo tiempo.

A los 11 minutos del complemento, Cristian Tula salió al cruce de Ricardo Centurión y le dio un codazo descalificador que Rapallini debió sancionar una roja directa, sin ningún tipo de discusión. Sin embargo, el juez decidió sólo mostrar la amarilla, algo que le quedaba chico a semejante falta.

A los 23′, llegó un nuevo error de la terna arbitral. Leandro Grimi tomó a Penco cuando la pelota estaba por caer al área y lo dio vuelta como un trompo. Claro penal que no fue cobrado por el árbitro y tampoco por el asistente.

Por último, a los 39′ de la segunda parte, Rodrigo Gómez armó una gran jugada en velocidad por el medio y Cabral, sin ninguna intención de jugar la pelota, le dio una patada con pisotón incluído en el tobillo. Otra vez, Rapallini mostró una amarilla cuando la falta era para roja.

Racing sólo le ganó 2 veces a Independiente en su cancha en los últimos 33 años y siempre, para una mayoría importante, las excusas recaen en el arbitraje. ¿No habrá que mirar para adentro y hacer autocrítica? Lo grave es que haya periodistas que opinen con tanta liviandad de la actuación de un árbitro sin hacer un análisis riguroso, sin siquiera tomarse el trabajo de ver el partido 2 veces. Es más fácil gritar, llorar y hacer show barato, que analizar, explicar y ponerse la heladera en la cabeza. Quien tenga alguna duda de las jugadas mencionadas en esta nota, las puede revisar en el partido completo: