Goleador, salvador, figura y récord. Cuatro palabras que describen la actuación de Federico Mancuello en este campeonato. Una vez más, el volante fue clave para que el Rojo no se quede con las manos vacías y entró en la historia con su séptimo grito consecutivo.
Cuando Godoy Cruz dominaba a Independiente en el primer tiempo, Mancuello estuvo en el lugar y en el momento justo para conectar un desborde de Matías Pisano y estampar el 1-1. Así, revivía al equipo y anotaba un gol por séptimo partido consecutivo, convirtiéndose en el primer jugador del Rojo en lograr esa marca por torneos cortos.
En el complemento, con el Tomba otra vez en ventaja y cerca del tercer tanto, el mediocampista volvió a resucitar la ilusión de Independiente. Primero, sacó un zurdazo violento desde afuera del área que derivó en un tiro de esquina. Después, ejecutó ese córner con una comba precisa que habría terminado en gol olímpico de no ser porque Alexis Zárate cabeceó en la línea para asegurar el 2-2.
De esta manera, marcando el primer gol y construyendo el segundo, el volante volvió a salvar al Rojo de la derrota en una cancha más que difícil. También hizo historia al superar por un gol el récord de Javier Mazzoni, quien había gritado en seis encuentros al hilo en 1995. Además de ser el máximo anotador de Independiente con 8 festejos, Mancuello quedó en la cima de la tabla de goleadores del campeonato junto a Teófilo Gutiérrez.
Lo de Mancuello es imprecionante, pero hace rato que ya no juega de doble 5, siempre está más adelantado. Entonces, al colaborar menos en la marca, deja muy expuesto a Bellocq, que ya de por sí es bastante flojo. Almirón, debería dejar a Mancuello libre y poner algún volante para que ayude en la recuperación, porque hace varios partidos que Independiente hace agua en la mitad de la cancha.