El año pasado marcó un antes y un después en la vida profesional de Federico Mancuello. Su crecimiento futbolístico no solamente lo convirtió en capitán y referente de Independiente, sino que también lo dejó a un paso de ser convocado a la Selección Argentina. Gracias a su sacrificio durante la B Nacional, se ganó el reconocimiento del hincha y, más tarde, acaparó la mirada de todos por su capacidad goleadora, que lo convirtió en el máximo artillero del Rojo en 2014.
Durante el primer semestre, el jugador oriundo de Reconquista pasó por distintos sectores de la cancha: ocupó el lateral izquierdo cinco veces, hizo lo propio en la misma banda pero como mediocampista en once ocasiones y sólo en tres encuentros jugó como doble “5”. Su compromiso con la marca y la recuperación explica su floja producción en ataque (hizo sólo un gol) pero fue destacado por su entrega.
Luego de conseguir el ascenso, llegó Jorge Almirón y con él, Mancuello se estableció como volante interior. Tal es así, que los números potenciaron la excelente producción del jugador surgido de las Inferiores. Hasta el inicio del segundo semestre de 2014, Mancu había hecho 8 goles en 125 partidos y en el último torneo convirtió 10 en 19 presentaciones.
Esto provocó que, tanto hinchas como el periodismo, empiecen a vincularlo con la Selección, luego de las declaraciones de Gerardo Martino, quien lo había catalogado como el mejor jugador del torneo. Encima, Mancuello renovó su vínculo con el club, pasó a llevar la cinta de capitán y se dio el lujo de hacer un gol olímpico. Su injerencia en la campaña de Almirón fue tal, que con sus tantos, colaboró en 25 de los 33 puntos obtenidos.
Finalmente, y en cuanto a los números del volante durante 2014, cabe destacar que jugó 41 partidos (1 por Torneo de Verano, 19 por B Nacional, 2 por Copa Argentina y 19 por Torneo de Primera) –todos ellos como titular-. Además, acumuló 3442 minutos en cancha, hizo 11 goles (uno más que Sebastián Penco), dio 3 asistencias, vio 6 veces la tarjeta amarilla y 1 la roja (ante Ferro).