Nunca más

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Se cumple un nuevo aniversario del momento más triste que alguna vez vivió el hincha de Independiente. Un nuevo aniversario de la peor mancha que salpicó al club. En la tarde del sábado 15 de junio de 2013, el Rojo perdía 1-0 ante San Lorenzo y confirmaba su descenso a la B Nacional por primera vez en su historia.

Culpables hubo muchos. Llevaría horas anotar en una lista a todos los que participaron de manera directa o indirecta para que el Rojo tuviera el peor final. Sin embargo, hay dos personas que fueron, son y serán señalados como los máximos responsables. Dos dirigentes que manejaron pésimamente los destinos del club durante las tres temporadas que condenaron al equipo al descenso. Dos nombres que el hincha no olvidará jamás: Julio Comparada y Javier Cantero.

En enero de 2012, el gobierno de la Agrupación Independiente Místico tomó las riendas de una institución devastada por la gestión anterior. Cantero llegó al poder con la honestidad como bandera e intentó diferenciarse de la conducción de Comparada, pero todo empezó a desmoronarse en pocos meses. La inexperiencia, la soberbia y la falta de capacidad del nuevo presidente formaron un combo letal.

La culpa es bastante más repartida en el plano futbolístico, teniendo en cuenta a la gran cantidad de entrenadores durante el período 2010-2013. Daniel Garnero duró apenas siete fechas. Antonio Mohamed puso suplentes en el torneo local para ganar la Copa Sudamericana, y terminó último. Ramón Díaz tuvo un paso tan fugaz como lamentable. Cristian Díaz, cuya única experiencia había sido dirigir a la Reserva, fracasó en el intento de armar el plantel que evitaría el descenso. Américo Gallego llegó con el mote de salvador, pero tampoco tuvo resultados. Y finalmente, a Miguel Brindisi le tocó comandar un barco que estaba prácticamente hundido.

Con muy poco fútbol, arbitrajes sospechosos, inestabilidad institucional y un promedio cada vez más bajo, la tragedia parecía inevitable. Y fue en la penúltima fecha del Torneo Final 2013 cuando el Rojo se cayó definitivamente. Ante su gente, con pocos referentes y varios juveniles, Independiente perdió con San Lorenzo en Avellaneda y decretó su primer y único descenso a la segunda categoría. Por primera vez sintió el dolor que ya habían experimentado otros grandes como San Lorenzo (1981), Racing (1983) y River (2011).

Al Rojo le tomaría 361 días salir de la B Nacional y volver al lugar que había dejado aquel 15 de junio. No habrá olvido ni perdón a aquellos que pusieron a Independiente de rodillas manchando su gloriosa historia. Nunca más dirigentes irresponsables e incapaces. Nunca más entrenadores improvisados. Nunca más jugadores poco comprometidos. Nunca más esta pesadilla. NUNCA MÁS.

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