Mauricio Pellegrino rescató la personalidad que tuvo Independiente para eliminar a Olimpia en Paraguay y valoró el pase a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, pero reconoció que el equipo debe mejorar varios aspectos si quiere llegar lejos.
“Jugamos en un ambiente que nos costó muchísimo, el equipo estaba mermado, no tenía frescura. Terminamos mejor el primer tiempo y el inicio del segundo tiempo. Tuvimos un par de jugadas para poder convertir, como la del Cebolla o el gol del Gato, que fue”, comenzó el entrenador en conferencia de prensa, y enseguida dio paso a la autocrítica: “No ha sido un partido que vamos a recordar por nivel futbolístico. Para seguir avanzando en esta copa vamos a tener que ofrecer algo más. Cuando uno juega con equipos tan importantes, uno sufre porque tienen material para hacerte daño. Nos costó adaptarnos a la situación”.
Pellegrino admitió que al Rojo le faltó precisión en los últimos metros y consideró que las variantes no ayudaron a resolver el problema: “No tuvimos nunca esa frescura para poder doblegarlos. Sí manejamos la pelota en muchos pasajes, pero nos faltó profundidad. Con los cambios tuvimos más presión arriba pero perdimos la pelota. No nos salieron bien los cambios”.
Pasando en limpio los conceptos, el DT de Independiente señalo que “el equipo estuvo bien parado, no se sintió doblegado por el rival y tuvo presencia, pero faltó profundidad para matar el partido antes”. En tanto, remarcó que este encuentro sirve de experiencia para el plantel: “La clasificación fue merecida. Ha sido un aprendizaje este partido para muchos de nuestro equipo y ojalá que podamos seguir mejorando”.
Finalmente, teniendo presente la ausencia de Jesús Méndez para los cuartos de final, el técnico fue claro cuando le preguntaron por Federico Mancuello y el uruguayo Diego Rodríguez: “Son dos jugadores que han sido lo mejor del año pasado, tanto Mancuello como el Torito, que fue uno de los mejores fichajes, pero están en un proceso que tienen el alta médica pero no futbolística, y ahí es donde cuesta agarrar el ritmo”.