Gonzalo Rehak salió lesionado a diez minutos del final y dejó la cancha desconsolado. Más tarde, explicó que el motivo de su llanto fue no poder completar los 90 minutos ante Racing.
El joven arquero del Rojo jugó su segundo partido en Primera, nada menos que el Clásico de Avellaneda en el Cilindro, pero no pudo completar el partido. A los 36 minutos, sintió un pinchazo tras un saque de arco y, pese a su enorme esfuerzo por seguir, debió dejar la cancha. Se retiró entre lágrimas y fue reemplazado por Damián Albil.
#SuperligaxFOX | El arquero de Independiente, Gonzalo Rehak, abandonó el campo de juego lesionado y llorando desconsoladamente. #AnguloFOX pic.twitter.com/Dn7wQQCL3p
— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) 26 de noviembre de 2017
“Disfruté mucho el partido. En la que tuve que sacar, tuve una sensación que no me pasó nunca en la vida, que es lesionarme. Me tiró el recto cuando saqué y aguanté lo que pude, pero sabía que no podía más y por ahí le hacía un daño al equipo”, comentó al término del partido.
“Ganar acá, de visitante en mi segundo partido después de que hacía mucho que no jugaba… La alegría que tengo es inexplicable. Es algo que nunca soñé. No imaginé que iba a jugar el clásico de visitante. Para mí es algo único. Soy hincha y para mí es una felicidad única”, reconoció.
Para cerrar, explicó el motivo de su llanto, más allá de la lesión. “La bronca de no poder terminar el partido más lindo de mi vida. Lo único que opacó esta noche. Pero me voy contento y feliz por el equipo y la entrega que tuvieron todos. Con diez hombres aguantamos el partido y ganamos el clásico”, concluyó.