Una cacería

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La previa de la final de la Copa Sudamericana en Río de Janeiro fue una verdadera cacería. Los hinchas del Flamengo quisieron ingresar al hotel donde se hospeda Independiente, tiraron pirotecnia casi toda la noche y agredieron a los hinchas que se encontraban en la puerta y por el centro de Copacabana. Y a horas del partido, la policía ingresó al hotel a reprimir a los hinchas que se encontraban en el lobby. Insólito.

Lo que se tendría que vivir como una fiesta no fue tal. Desde que finalizó el partido de ida y fogoneados por varios medios locales y hasta la propia cuanta oficial del club, los hinchas del Flamengo se mostraban agresivos en cada publicación referida a Independiente. Lamentablemente esto traspasó las redes sociales y la noche previa a la final fue un infierno.

Los primeros disturbios arrancaron en la puerta del Hotel Hilton de Barra de Tijuca donde esta alojada la delegación de Independiente. Desde que el Rojo pisó tierras brasileras, varios hinchas sin entradas se acercaron para tratar de conseguir algún remanente. Y anoche, un grupo bastante numeroso del Flamengo fue a tirar pirotecnia para impedir que los jugadores puedan descansar. Hasta ahí, todo lo que se ve en otros partidos de Copa, pero la situación se fue de las manos cuando los simpatizantes cariocas tiraron las vallas y quisieron ingresar al hotel. Hubo enfrentamientos cara a cara con hinchas de Independiente y con el personal de seguridad privada. A pesar de ser desalojados por la policía, que previamente les había liberado la zona para que lleguen con total libertad, esto se volvió a repetir durante toda la madrugada.

Pero la cosa no quedó ahí, en el centro y las playas de Copacabana los hinchas de Flamengo se organizaron para salir a cazar a gente de Independiente. Algunos pudieron defenderse por sus propios medios, pero otros quedaron muy expuestos y sufrieron agresiones, golpizas y robos. ¿La policía? Bien, gracias. Son varios los relatos donde cuentan que los propios efectivos apuntaban con armas de fuego y solicitaban entregar la indumentaria del Rojo.

Y lo más insólito se vivió a pocas horas del partido, dónde la policía ingresó al lobby del Hotel Hilton a reprimir con palos y gases lacrimógenos a los hinchas que estaban alojados.

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