Rubén Galván, una de las glorias de Independiente y ganador de 10 títulos con el Rojo, falleció a los 65 años. Además, fue campeón del mundo con Argentina en 1978.
El Negro ganó las Copas Libertadores de 1972, 1973, 1974 y 1975, las Copas Interamericanas de 1973, 1974 y 1976 y la Copa Intercontinental de 1973. También, consiguió el campeonato Nacional de 1977 en Córdoba y el Nacional de 1978. En su paso por la Selección Argentina integró el plantel que levantó la copa en 1978.
Tuvo complicaciones de salud y en el 2007 fue intervenido y trasplantado del hígado producto de un ataque de hepatitis. Hace unos días se encontraba internado y la última vez que se lo vio en la cancha fue en el encuentro con Rosario Central cuando las glorias del club festejaron junto al plantel la obtención de la última Copa Sudamericana 2017.
El club los despidió en sus redes sociales, donde los hinchas lo recordaron y le dieron sus condolencias a la familia.
¡Hasta siempre, Negro!
No sé si los jóvenes que no lo vieron jugar tienen verdadera noción de lo que fue Rubén Galván. Un número 5 extraordinario, un monstruo, se bancaba la mitad de la cancha él solo y empujaba el equipo para adelante. Una fiera, fue el alma del equipo que ganó cuatro LIbertadores seguidas. Idolo total. Cuando el equipo entraba en la cancha, la primera ovación de la tribuna era para el Negro Galván, recién después se gritaba el Bo-bo-chini. Y tal como dijo Holan, fue por lejos el mejor número 5 que jugó en Independiente. Descanse en paz Negro querido.