Independiente igualó 0-0 con Santos pero el 3-0 de la ida por la mala inclusión de Carlos Sánchez sellaron el pasaje del Rojo a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Al margen de los hechos extrafutbolísticos que son de público conocimiento, repasamos las claves que derivaron en el empate sin goles en el Pacaembú:
- El carácter del equipo: pese a la polémica generada y los embates del rival, el Rojo demostró tranquilidad para aguantar e inteligencia para resolver. De no haber sido por el arquero de Santos, el Rojo pudo haberlo ganado.
- Ineficacia: pese a lo anteriormente mencionado, Independiente volvió a fallar en los metros finales (de hecho desperdició un penal). Pudo sentenciar la serie en varios momentos del encuentro pero el gol volvió a serle esquivo.
- Las individualidades estuvieron a la altura: Pablo Hernández, Maximiliano Meza y Alan Franco volvieron a jugar a un gran nivel y se notó en el equipo. De hecho el Rojo no extrañó a su jugador actual más desequilibrante, Martín Benítez, quien se recupera de una molestia física.
- Arquero de equipo grande: en el inicio le tapó un mano a mano notable a Gabriel y después clausuró el arco. Descolgó cuanto centro le tiraron y demostró la seguridad de siempre.