Reaccionó, ganó y se acomodó

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Por la 24º fecha de la Superliga, Independiente le ganó 2-1 a Vélez en el Libertadores de América y dio un gran paso hacia la Copa Sudamericana 2020. Leandro Fernández puso en ventaja al Fortín, pero Silvio Romero y Pablo Pérez lo dieron vuelta.

El equipo de Ariel Holan fue de menor a mayor en Avellaneda. Le costó demasiado entrar en partido y dominar a un Vélez muy práctico y bien parado en todas sus líneas. Las cosas se complicaron de entrada cuando el visitante lo madrugó en una mala salida: a los 8 minutos, Agustín Bouzat interceptó un mal pase de Fabricio Bustos a Juan Sánchez Miño y habilitó a Fernández, quien cumplió con la ley del ex y definió perfecto para poner el 1-0.

El Rojo tuvo la voluntad de reaccionar, pero estuvo inconexo, impreciso y sin ideas para llegar al arco de Lucas Hoyos. Apenas un cabezazo de Romero que tapó muy bien el arquero fue lo único que generó en toda la primer mitad.

Pero el complemento fue totalmente diferente. Independiente salió decidido a dar vuelta el resultado y se llevó por delante al equipo de Gabriel Heinze, que se paró de contragolpe con mucho orden táctico. Holan desarmó la línea de 5 en defensa, sacó a los erráticos Gastón Silva y Francisco Pizzini y mandó a la cancha a Fernando Gaibor y Martín Benítez. Así el Rojo ganó dinámica y enseguida logró el empate en una guapeada de Romero, quien recibió adentro del área, se sacó de encima su marca y metió un gran zurdazo para el 1-1.

Con Cecilio Domínguez como manija del equipo, el local fue por más y amenazaba con lastimar en cada subida. El problema es que Vélez hacía lo mismo en cada contraataque, mediante la velocidad de Matías Vargas y Bouzat. El trámite se hizo de ida y vuelta, pero fue Independiente el que tuvo su premio por insistir con más claridad.

Se lo perdió Pablo Hernández, no pudo convertir Benítez y en el final lo ganó alguien que nadie tenía en los planes: Pablo Pérez. A los 39′, Gaibor estrelló un tiro libre en el travesaño, Emanuel Brítez -de gran partido- la corrió y habilitó al ex Boca, que la empujó para desatar la locura en Avellaneda.

Un triunfo necesario y merecido. Una gran prueba de carácter que mantiene a Independiente en carrera por sus dos objetivos: sellar la clasificación a la Sudamericana y alcanzar el 6º puesto para evitar la primera fase de la Copa de la Superliga.

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