En un emotivo encuentro, Independiente se quedó con los tres puntos tras vencer 3-2 a Talleres de Córdoba en la última jugada gracias a un gol de Nicolás Figal. A continuación repasamos las claves del triunfo.
- Presión alta para la ventaja inicial: un aspecto que se vio, sobre todo en el primer tiempo, fue la intención de recuperar la pelota lo más arriba posible. El Rojo dificultó la salida limpia del visitante y gracias a eso, consiguió los primeros dos goles. Pablo Pérez y Cecilio Domínguez, los principales encargados de ejercerla en cada tanto.
- Sostuvo el buen funcionamiento durante 80 minutos: salvo las desatenciones del final, Independiente nunca había sufrido. Había sometido al rival y le había creado muchas situaciones de gol. Por momentos la diferencia pareció corta y hubo un avance respecto de partidos anteriores.
- La salida de Pablo Pérez: era el eje y figura del equipo y con su salida, a falta de un cuarto de hora para el final, mermó el rendimiento. Independiente empezó a perder presencia en la mitad de la cancha, Talleres lo aprovechó y, sumado a las desatenciones en la línea de fondo, casi se lleva un punto de Avellaneda.
- Errores puntuales de Campaña y Domínguez: en ambos goles hubo fallas de los mismos futbolistas. Al arquero le faltó decisión para salir a cortar los centros que pasaron por el área chica y el paraguayo era el encargado de marcar a los autores de los goles de la T.
- Un guiño del destino en el final: cualquier resultado que no sea victoria, era inmerecido por el trámite del partido. Pero el empuje sobre el cierre y el certero cabezazo de Figal, quien también salvó un gol de Talleres en la línea, recompensaron a los de Beccacece. Esta vez la suerte estuvo del lado del Diablo.
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