A 35 años de la hazaña en Japón

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El 9 de diciembre de 1984, Independiente le ganaba 1-0 a Liverpool en Japón y se consagraba campeón de la Copa Intercontinental por segunda vez en la historia.

Meses después de levantar su séptima Libertadores, el Rojo quería cerrar el año en la cima del mundo. La cita era en el emblemático Estadio Olímpico de Tokio y el rival a vencer era el poderoso Liverpool inglés, campeón de la Copa de Europa (actual Champions League).

Ya desde la previa se vivía como un duelo muy especial, no sólo porque estaba en juego el título del mundo, sino porque en nuestro país todavía estaba muy presente el dolor por la Guerra de Malvinas y este era el primer enfrentamiento entre un equipo argentino y uno inglés después de aquellos lamentables combates.

Independiente, dirigido por José Omar Pastoriza, salió a la cancha con Carlos Goyén; Néstor Clausen, Hugo Villaverde, Enzo Trossero, Carlos Enrique; Ricardo Giusti, Claudio Marangoni, Jorge Burruchaga; Ricardo Bochini, José Percudani y Alejandro Barberón. Más tarde ingresó Pedro Monzón por Villaverde.

Cuando todavía los dos equipos se estaban estudiando, el Rey madrugó al rival y se puso en ventaja a los 6 minutos. Marangoni tomó un rebote en mitad de cancha y metió una habilitación notable para Percudani, quien con apenas 19 años le ganó a toda la defensa a pura velocidad, quedó mano a mano con el arquero Bruce Grobbelaar y lo venció con un toque sutil de zurda. Los ingleses quedaron desorientados, pidiendo un offside inexistente.

Quedaba muchísimo por jugar, pero el Rojo aguantó con coraje el 1-0 y le cerró todos los caminos al Liverpool, que no supo vulnerar el arco de Goyén. El árbitro brasileño Romualdo Arppi Filho pitó el final del partido y así se desató la locura roja en el campo de juego, en el banco de suplentes, en Avellaneda y en gran parte de un país que se unió para apoyar a Independiente.

Por segunda vez, el Rey de Copas era campeón del mundo. Y así lo hacía saber al mundo Trossero, el capitán, quien levantaba la Copa Intercontinental mientras Marangoni alzaba la Libertadores conseguida anteriormente en la Doble Visera. Hoy, a 35 años de aquella hazaña, nuestro reconocimiento al último Independiente que llegó a lo más alto del mundo.

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