Un grupo de hinchas de Independiente fue a increpar a los jugadores después de la derrota en el Clásico de Avellaneda.
Dolor, enojo, vergüenza, indignación. Todos esos sentimientos invaden hoy a la gente del Rojo después de ver al equipo perder de una manera tan tibia en el Cilindro. Un grupo de simpatizantes no pudo más y fue descargarse cara a cara con el plantel.
Cuando la delegación regresaba a la concentración en el Hotel Scala, hinchas se acercaron para insultarlos y recriminarles las formas de la derrota. Quizás el que menos la ligó fue Lucas Pusineri, a quien le pidieron que le dé más lugar a los juveniles.
El haber perdido en el último minuto con Racing, jugando con dos hombres de más, es muy malo, pero no me quita el sueño. Peor sería jugar de local, ir ganando rápido 1 a 0 y después perder 6 a 1. Sin embargo, los vecinos, que hace un tiempo son un equipo serio, no derramaron lágrimas tras esa vergonzosa paliza, y de ahí para adelante, levantaron el nivel. El problema no es esta derrota, el problema es mucho más serio y se llama: acefalía. Independiente está institucionalmente acéfalo. Pusineri tuvo que hacerse cargo de un plantel derrotado de la cabeza, y para peor, sin saber hasta el día de hoy, con qué jugadores puede contar. Puede irse Cecilio Domínguez, el que se hizo expulsar sin chistar y al que no extrañaremos seguramente. Puede irse Benítez, que no es peor que ninguno de los que están jugando en su puesto hoy o en sus alrededores. Racing nos ganó con un pelotazo que luego acomodó con la mano Cvitanich, y luego Lolo Miranda (el que no quiso Beccacece para Independiente) dejó pasar, para que venga al trote un jugador mayor sin ningún pergamino de goleador, luego de haberse comido una banana delante todos, incluso del referí (no hay más control antidoping), y patió una masita entre las piernas de Franco, tomando a contra pierna a nuestro arquero que no es muy ágil, y ese tirito, sortea la última pierna del que quiere evitar el gol… así ganó Racing, con su arquero como figura. Es cierto que el vecino jugó mejor, tal vez porque nosotros jugamos muy mal, pero tampoco fue una maravilla. Para terminar: el triunfo contra Central, sólo disimuló el problema de fondo que es institucional. ¿Cómo salimos de ésta?
Se quedaron corto y a los dirigentes hay que putearlos el doble que estén todo el día en el club si no que se vallan