Independiente y Central Córdoba empataron 0-0 por la fecha 4 de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. A continuación, te dejamos las principales claves de la igualdad.
- Poca jerarquía del rival: si bien Independiente no jugó bien, Central Córdoba nunca inquietó al Rojo. Prácticamente el partido se jugó en campo rival y tanto Milton Álvarez como la defensa no pasaron problemas en toda la noche.
- Rotación excesiva: no está mal tener un objetivo claro, como es la Copa Sudamericana. Tampoco es errado cuidar algunos jugadores que no están bien físicamente para disputar 2 o 3 partidos por semana, pero cuidar a chicos entre 18 y 21 años que están comenzando a dar sus primeros pasos en Primera División es demasiado. Alan Velasco y Alan Soñora tuvieron que tener más minutos en cancha.
- Un mediocampo lento: que un jugador no corra puede pasar, pero en el fútbol de hoy en día, tres que no lo hagan es demasiada ventaja. Una vez más quedó demostrado que Pablo Hernández y Andrés Roa no pueden jugar más juntos. Si a eso le sumamos a Carlos Benavídez, que directamente carece de velocidad, hay demasiada pausa, todas las jugadas se hacen lentas y previsibles.
- Falta de gol: ya es sabido que la definición no es la mayor virtud de este equipo. Si los goles no los hace Silvio Romero, no los convierte nadie. El equipo tuvo dos o tres situaciones claras de gol en el complemento, que si en partidos así no sos efectivo, lo pagas caro.
- Mala lectura: no es la primera vez que durante los 90 minutos se lee mal un partido desde el banco. Ya en el entretiempo estaba para meter mano en el equipo y mandar a la cancha a los que le aportan frescura y claridad a este pálido Independiente. Y Lucas Pusineri debe hacer un curso intensivo de como aprovechar las 5 variantes que tiene por partido, no siempre las aprovecha.
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