Ese es el ultimátum que puso Lucas Pusineri para renovar su contrato con Independiente. Si no lo llaman, no dirigirá con River y pegará el portazo.
No hay muchos antecedentes de un manoseo tan grande hacia un entrenador. Tampoco hay muchos antecedentes de un DT que se banque tantas desprolijidades de parte de los dirigentes. Lo de Pusineri es un caso único en el fútbol argentino y un fiel reflejo de lo que es Independiente hoy en día.
Su contrato venció el 31 de diciembre y en dos oportunidades Hugo Moyano, presidente, y Pablo Moyano, vicepresidente, le ratificaron su continuidad, pasando por arriba al saliente mánager, Jorge Burruchaga. Con distintas excusas estiraron la firma, y ahora los principales dirigentes no le atienden el teléfono.
Este martes se presentó como de costumbre en el predio de Villa Domínico y tras el entrenamiento tuvo una breve reunión con Walter Lusnig, el 5to vocal suplente de la Comisión Directiva y uno de los dirigentes que suele concurrir a las prácticas.
Allí, Lusnig le explicó que su futuro lo va a decidir el nuevo Mánager, que aún no está, y Pusineri le dejó en claro que si el día jueves no tiene una respuesta se va.
estuvo dirigiendo pusineri andaaaaaaaaaa.