Independiente incorporó a cinco futbolistas para que Lucas Pusineri armara un equipo competitivo a lo largo del 2020. 13 jugadores llegaron en total entre vencimientos de préstamos o como refuerzos.
Leandro Fernández, Braian Romero y Francisco Delorenzi fueron las nuevas caras que tuvo el Rojo a comienzos del año pasado. Varios retomaron sus préstamos y se quedaron: Gonzalo Asís y Nicolás Messiniti (Temperley), Jonathan Menéndez (Talleres de Córdoba), Nicolás Del Priore (Villa Dálmine) y Cristian Chávez (Central Córdoba). El caso de Fernando Gaibor que tenía que regresar al país pero nunca lo hizo.
El primer refuerzo de la Era Pusineri fue Federico Rotela. El lateral-volante derecho llegó libre de la otra vereda para reforzar a la Reserva pero nunca jugó en Primera. Lo mismo sucedió con Marcos Landaburu que vino a préstamo desde San Telmo y sí tuvo su estreno.
Ezequiel Muñoz fue otra incorporación que no logró debutar por una lesión en su rodilla que lo tendrá varios meses afuera. El central llegó libre desde Lanús, arreglando una cesión a Avellaneda con un cargo de 350.000 dólares.
Luego cayó Lucas Rodríguez. Libre desde Tigre, llegó con varias condiciones para que continúe en Independiente. Firmó su contrato hasta el 31 de enero de 2021, con la posibilidad de extenderlo hasta finales del 2021 por 80.000 dólares y tiene una opción de compra de 500.000 dólares por el 60% de su pase.
Federico Martínez llegó al Rojo después de la recomendación del manager Jorge Burruchaga. El Rey de Copas abonó 1.350.000 dólares por el 50% del pase que le pertenece a Liverpool de Uruguay.
Sebastián Sosa fue el quinto y último, en una mini novela, entre el arquero y el Rojo. Al final el uruguayo acordó su llegada a Avellaneda a préstamo, con un cargo de 100.000 dólares, desde Mazatlán hasta diciembre 2021. Con este último fichaje, el Rey de Copas totalizó 1.880.000 dólares de gastos contra los 6.272.500 dólares que ingresaron por los que llegaron.
