Con varios puntos altos y casi sin despeinarse, Independiente arrancó con el pie derecho su participación en la Copa Sudamericana. Le ganó como visitante 3-1 a Guabirá con un triplete de Jonathan Herrera y quedó en lo más alto del Grupo B.
Fue una gran manera de estrenarse en el plano continental. El Rojo le tiró toda su chapa a un inexperto conjunto boliviano, que nunca pudo asentarse en el encuentro pese a su localía. El Orgullo Nacional pisó fuerte en Bolivia con un mix y pegó rápido. A los 7 minutos ya ganaba 1-0 con un zapatazo de afuera del área de Herrera.
A partir de allí, el trámite quedó a merced de Independiente. Bien parado en el fondo y preciso a la hora de las transiciones, generó muchas contras que no pudo usufructuar por las malas definiciones. Hasta que a los 35′ y luego de una buena jugada individual de Alan Velasco, el “9” capturó una pelota que dio en el palo y la mandó a guardar. 2-0.
El oportunismo del centrodelantero, que hoy reemplazó a Silvio Romero, tampoco perdonó al débil Guabirá en la segunda mitad. A los 6′ y tras una buena sucesión de pases, Fabricio Bustos envió un centro, Andrés Roa estrelló su tiro en el travesaño y Herrera, bien ubicado, clavó el tercero de cabeza. Asunto liquidado.
La diferencia pudo haber sido mayor porque situaciones sobraron, pero el Rojo paró su producción ahí. Omar Píccoli metió mano en el equipo e Independiente terminó el encuentro con 10 futbolistas surgidos en sus Inferiores. ¿La única mancha? El descuento a los 87′ que llegó vía aérea. Sí, otro más. Bruno Pascua, con un testazo, decretó el 3-1 final.
Más allá de esto, quedaron muchos aspectos a resaltar. Con la cantidad de bajas por lesiones y Covid, la inexperiencia de algunos jugadores no pesó, aparecieron los goles de Herrera y el funcionamiento fue constante y contundente. La frutilla del postre llegó desde Uruguay ya que el empate 1-1 entre Montevideo y Bahía dejó al Rey de Copas como único líder de su zona. El miércoles que viene, como local, defenderá la punta ante los charrúas.