Sergio Agüero no pudo despedirse de Manchester City con la conquista de la Champions League. Jugó apenas 14 minutos en la final y el título fue para Chelsea.
El fin de semana pasado, el Kun brilló en su último partido en el Etihad Stadium y se fue ovacionado por todos los hinchas mientras levantaba el trofeo de la Premier League. Se despidió de su gente a lo grande, como máximo ídolo y goleador histórico. Insólitamente, todo eso no fue suficiente para que Josep Guardiola lo tuviera en cuenta para la definición de la Champions.
Los Citizens no jugaron bien, no tuvieron una referencia de área en gran parte de la final con los Blues y se fueron al descanso 1-0 abajo por el gol del alemán Kai Havertz. Pep reaccionó bastante tarde: recién mandó a la cancha al ex Independiente a los 76 minutos.
En tan poco tiempo, Agüero no pudo hacer nada para cambiar la historia. Apenas llegó a tocar alguna pelota. Tras siete minutos de descuento, la Champions quedó en manos del equipo de Thomas Tuchel. Para el Kun, sólo hubo desconsuelo.
Apenas terminó el partido, las cámaras enfocaron al ex Rojo rompiendo en llanto. Una despedida que no merecía después de haber llevado a Manchester City a los primeros planos. Un cierre injusto que ya quedó atrás. Ahora se viene otra aventura junto a Lionel Messi en Barcelona.