Luego de alternar buenas y malas el semestre anterior, Lucas Romero demostró ser una pieza clave en el armado de Julio César Falcioni.
Si bien sufrió un esguince de rodilla y no pudo ser de la partida en los tres primeros compromisos del equipo, después de volver de la lesión fue recuperando su nivel poco a poco. Su mejor partido se vio, por Copa de la Liga, en la goleada 6-0 contra Sarmiento, asistiendo en dos oportunidades a sus compañeros.
Sus buenas apariciones se replicaron en Copa Sudamericana, donde interceptó 51 pases en sus 5 juegos, es decir recuperó 10 pelotas por partido. Además ganó 35 duelos. Sin dudas hoy el plantel no cuenta con un mediocampista central de su jerarquía.
Frente a Huracán, en el Palacio Tomás Ducó, supo manejar bien los hilos de un grupo que necesitaba ganar. Demostró a lo largo de estos cinco meses que debe estar en cancha, pero claro, con un socio que pueda generar más fútbol.
Durante el ciclo Falcioni estuvo rodeado por diferentes jugadores y se desempeñó como único mediocampista central o con un doble cinco a su lado. Sin dudas, su mejor complemento parece ser Lucas González, de gran despliegue. Y el Perro, claro, avocado a su mejor faceta, la defensiva.