Independiente y Argentinos Juniors igualaron 0-0 en el arranque de la Liga Profesional. A continuación, las principales claves del partido:
- Un esquema cómodo: a pesar de todas las pruebas que hizo Julio César Falcioni, las mejores versiones se vieron con el 4-2-3-1. Faltan corregir muchos detalles, pero es una alineación que muchos de estos jugadores conocen a la perfección y la que mejor encaja a las características de los futbolistas.
- Orden, solidez y presión: lo que se había rescatado como positivo en el partido con Santos, se repitió frente al Bicho. Fue un equipo ordenado y sólido defensivamente. Además, se paró unos metros más adelante que en el semestre anterior y presionó alto la salida del rival.
- Previsibilidad e irregularidad: a Independiente le cuesta sostener el ritmo de juego y la idea principal. Es prácticamente imposible hacerlo durante los 90 minutos, pero a veces muere en los primeros 45′. Además, en la faceta ofensiva es un equipo muy previsible. La falta de movilidad, triangulaciones y sociedades, hace que hasta una persona no vidente sepa cómo va a terminar la jugada.
- Un error desde el banco: si hay algo que debe corregir de manera urgente el cuerpo técnico es la lectura de los partidos durante el encuentro. El ingreso de Jonathan Herrera fue con un cambio de esquema que rompió el poco circuito de juego que había generado el Rojo. Eso sumado, al desgaste físico, llevó a que Argentinos se adueñe la pelota y genere peligro en un partido que parecía controlado. Además, si no los hacen mal, los cambios llegan tarde. En 15′ Rodrigo Márquez y Lucas González aportaron más de lo que dieron Andrés Roa y Domingo Blanco en los minutos que estuvieron en cancha.