Si hay algo que Independiente tiene -y muchos- durante este siglo es verdugos. Esos delanteros acostumbrados a convertirle goles. En esta fecha, para Gimnasia y Esgrima La Plata, estará Luis Miguel Rodríguez, un viejo enemigo.
Es que a Rodríguez le sienta bien cada vez que le toca enfrentar al Rojo a tal punto que es una de sus víctimas favoritas: marcó cinco goles y brindó cuatro asistencias. Realmente se lo padece y es una pesadilla constante.
En el Libertadores de América ya sabe lo que es anotar ¡y de qué manera!. En 2014, por la fecha 25 de la Primera B Nacional, el atacante oriundo de San Miguel de Tucumán sorprendió a todo el estadio con un golazo desde la mitad de la cancha, tras verlo adelantado al arquero Diego Rodríguez. Sin embargo, no todas son buenas para el Pulga.
En 2017, cuando entonces seguía ligado con el Decano, se dio un acontecimiento bastante particular. En la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana hizo el gol del triunfo (1-0) y cuando la serie estaba igualada (1-1) en la vuelta, tuvo un penal para poner en ventaja a su equipo. Lo pateó y convirtió pero el árbitro, Andrés Cunha, lo anuló por invasión de campo y se volvió a ejecutar. Al segundo intento, su remate fue atajado por Martín Campaña.
En la actual temporada, el delantero de 36 años lleva tres goles en 12 partidos con la camiseta del Lobo, su cuarto equipo en el fútbol argentino.
