En las próximas horas quedará oficializado que Daniel Montenegro será quien maneje el fútbol de Independiente en el 2022, siempre y cuando no ocurra nada raro. Por eso, el Rolfi ya hace varias semanas se puso manos a la obra hablando con jugadores y representantes.
Su principal idea es refundar el vestuario, con sentido de pertenencia y jugadores de experiencia que hayan dejado un buen recuerdo en el club. Por lo menos eso le dejó en claro a los dirigentes. Y los primeros llamados fueron con futbolistas de ese estilo.
La historia de Federico Mancuello es la más conocida. Son amigos y su continuidad en Vélez está descartada. Los dirigentes no iniciaron las negociaciones a tiempo y recién el jueves enviaron una oferta formal, que supera el salario que cobraba en el Fortín, sería por los próximos 3 años, pero está muy lejos de lo que le ofrecen en México, más precisamente en Puebla, donde Mancu ya cerró todo de palabra. Habrá que ver después de este fin de semana si el volante cambia de idea y apuesta por un regreso al club de sus amores.
Otro con quien tuvo comunicación es Emmanuel Gigliotti, que ya tiene el pase en su poder. El Puma fue claro, tiene un contrato alto y no piensa resignar nada. Su llegada sería viable si Independiente se saca de encima varios contratos elevados que hay actualmente en el plantel. Sin embargo, el delantero espera ofertas para continuar su carrera fuera del país.
Complicadas estas dos opciones, Montenegro pensó en alguien que está ligado al club desde un rol de hincha. Iván Marcone siempre estuvo cerca de llegar a Independiente, pero nunca se dio. Hubo un llamado con el actual mediocampista del Elche y, hasta el momento, no se avanzó mucho más.
Eso sí, para que el Rolfi pueda avanzar en todo esto habrá que resolver antes un par de problemas: anunciar quién será el DT el próximo año y levantar las inhibiciones.