De la represión no se vuelve

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Otra vez los Socios, Socias e Hinchas de Independiente sufrieron la represión policial.

Ya se está convirtiendo en una costumbre, y bastante mala. Todo se desarrollaba de manera pacífica. La gente de Independiente se acercó a la Sede Social de Avellaneda a pedir por las elecciones, pero los dirigentes optaron por militarizar la ciudad.

¿Qué pasó? Al momento en que finalizó la Asamblea y los dirigentes huyeron por la puerta de atrás, la Policía decidió avanzar y comenzar con una feroz represión, pocas veces vista. Balas de goma a mansalva, gases y persecuciones por las principales calles.

Una verdadera vergüenza. La frutilla del postre llegó con la suspensión del partido por disposición de los organismos de seguridad.

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