Independiente perdió 1-0 ante Atlético Tucumán en el Estadio Monumental José Fierro, por la penúltima fecha de la Liga Profesional. Analizamos las claves de la derrota:
• Un arbitraje escandaloso: si bien el equipo jugó bastante mal, también es cierto que Pablo Echavarría y el VAR inventaron un penal que le terminó dando la victoria al Decano. Cobraron una falta de Patricio Ostachuk que no existió. Minutos después, el juez le perdonó la segunda amarilla a Nicolás Romero luego de que le pateara la cara a Baltasar Barcia. Así, es muy difícil.
• Falta de ideas: después del gol, el Rojo tuvo la pelota pero no supo qué hacer con ella. No encontró la manera de vulnerar la defensa tucumana ni mucho menos de inquietar al arquero Tomás Marchiori. Nadie se hizo cargo de generar juego y terminó abusando del pelotazo.
• Cambios que no aportaron nada: el técnico mandó a la cancha a Matías Giménez, Santiago Salle y Kevin López. Ninguna variante hizo la diferencia. Sobre el final y sin tiempo de demostrar nada, ingresaron Tomás Rambert y Santiago Hidalgo. Nadie entendió por qué siguieron en cancha Ostachuk e Iván Marcone.
• No pateó ni le patearon: por insólito que parezca, ni Independiente ni Atlético Tucumán tuvieron remates directamente al arco. El gol del local fue de penal. Los intentos del Rojo se fueron afuera.