Independiente perdió 2-1 ante Newell’s en Rosario, por la fecha 24 de la Liga Profesional. Puso en riesgo la clasificación a las copas.
En una historia que se repite cada vez más seguido. Cuando el Rojo tiene que ganar para acercarse a algún objetivo, no sólo pierde, sino que prácticamente no compite. Lo hizo desde el arranque, con un equipo que venía de 4 derrotas seguidas y que no había ganado en los últimos 6 partidos.
Con Santiago Toloza desde el arranque, después de casi 10 meses, y Diego Tarzia luego de la sanción, el encuentro comenzó torcido desde el inicio. Antes del minuto, Damián Pérez se tiró a barrer en el área y, con ayuda del VAR, Andrés Merlos cobró penal, que Éver Banega cambió por gol.
Ante un rival que pese a estar ganando se mostraba muy débil, los dirigidos por Julio Vaccari fueron a buscar el empate y tuvieron más de una situación clara antes del entretiempo. Lucas Hoyos, arquero de la Lepra, se hizo figura sacándole un disparo a Tarzia y un derechazo a quemarropa de Santiago Hidalgo.
Ya en el segundo tiempo, Independiente volvió a entrar dormido y recibió el segundo gol a los 4 minutos, luego de un desvío de Juan Manuel García que Rodrigo Rey llegó a sacar, aparentemente según el VAR, una vez que la pelota ya había ingresado a su arco.
El tiempo restante fue desorden, improvisación y poco juego, con cambios que llamaron la atención, como la vuelta de Matías Giménez tras 8 meses sin minutos por su lesión, el debut de improvisado de Jonathan De Irastorza, con el partido prácticamente perdido y la vuelta de Lautaro Millán, que no fue tenido en cuenta en casi todo el ciclo.
Sobre el final, Alexis Canelo convirtió el descuento de cabeza, luego de un córner bien ejecutado por Millán. Sin embargo, no le alcanzó para empatar y dejó nuevamente una pésima imagen como visitante. Además, con el partido finalizado, Joaquín Laso vio la roja por protestar en los tumultos.
Si bien Independiente sigue en puestos de Copa Sudamericana, desaprovechó una gran chance de dejar prácticamente sellada la clasificación y la comprometió a futuro. Ahora, se viene Central Córdoba en Avellaneda. Ganar es una obligación.