Independiente venció 2-1 a Boston River por la fecha 2 de la fase de grupos de la Copa Sudamericana en Avellaneda.
Era un partido vital, el cual no se podía pisar nuevamente en falso, para no complicar la clasificación en el plano internacional. Y con trabajo, lucha y paciencia se lo llevó sobre el final. No atropelló al rival como lo suele hacer en su casa, pero demostró tener el carácter suficiente.
Los primeros 45 minutos mostraron al Rojo impreciso en la construcción de jugadas, sin poder recuperar la posesión del balón cerca del área rival y disputándose la pelota con el conjunto uruguayo. El poco descanso entre partidos se sintió y Boston River se aproximó en más de una ocasión al arco de Rodrigo Rey con claridad.
Julio Vaccari leyó a la perfección lo que el equipo necesitaba en el complemento, conseguir la superioridad numérica en la mitad de la cancha resultó clave. Pablo Galdames y Lautaro Millán ingresaron por Federico Vera y Santiago Hidalgo, ambos de flojo encuentro. El Rey de Copas se pareció más a lo que acostumbra, con tenencia y mayor conexión entre sus volantes con el frente de ataque.
Y a los 61′ llegó el primer tanto de la noche. Con todos los jugadores en campo uruguayo, Luciano Cabral recibió el balón y metió un pase fantástico para Gabriel Ávalos, que la bajó para que Galdames, mano a mano con el arquero, convierta el 1-0. Los minutos siguientes fueron de lo mejor del Rojo en el partido, pudiendo ampliar la ventaja en más de una ocasión.
Parecía que el trámite estaba cerrado, pero a los 85′ la visita golpeó. Facundo Muñoa remató contra un palo tras una carambola previa en el área para el 1-1. Sin embargo, lo que hace poco significaba un nocaut para Independiente, no fue más que un golpe más.
6′ después, en tiempo de descuento y con Boston River aguantando el empate, un centro de Felipe Loyola conectó con Galdames para su doblete y el 2-1 agónico en el final. 3 puntos importantísimos para las aspiraciones de un equipo que ilusiona al hincha.