La victoria ante Estudiantes no deja mucho para destacar, al menos no del lado de Independiente. El equipo del Turco Mohamed careció de ideas, de profundidad, de equilibrio, de ataque y de fútbol, y de no ser por la brillante actuación de Fabián Assmann, seguramente se hubiese quedado con las manos vacías en el primer partido de local en el Apertura 2011.
Desde los momentos previos al partido se podía ver que el problema claramente iba a estar en el mediocampo, algo que finalmente sucedió. Iván Vélez debió recorrer toda la banda derecha sin ayuda, por lo que sintió el desgaste que muchas veces le impidió pensar correctamente. Más allá de eso, el colombiano fue uno de los pocos que colaboró para generar algo de peligro en ataque, ya que la pareja de volantes centrales tuvo una noche para el olvido.
Roberto Battión fue anticipado en casi todas las jugadas, no interceptó pases simples, no recuperó pelotas, distribuyó mal y no interpretó el juego rival en ningún momento. Todas esas acciones fueron decisivas para que Independiente no tenga control ni posesión del balón en el mediocampo, a lo que se sumó la imprecisión de Fernando Godoy para trasladar o conducir. Sin embargo, el juvenil se mostró más suelto y ayudó a la hora de aguantar el avance de Estudiantes.
Otro factor que rompió el equilibrio de juego fue la expulsión de Adrián Argachá: el uruguayo dejó un hueco importante en el sector izquierdo que no pudo ser suplido ni siquiera con el ingreso de Osmar Ferreyra. De hecho, en el primer tiempo, los delanteros se las ingeniaron para ocupar esa posición, relegando cada vez más las posibilidades de llegar al arco de Justo Villar. Además, tanto Facundo Parra como Leonel Núñez estuvieron muy aislados del resto, y Matías Defederico aportó improductividad en toda la noche.
La defensa, con el arco incluido, fue lo único sólido en el partido: Báez, Milito y Velázquez rechazaron con criterio y taparon como pudieron a Boselli y Gastón Fernández, quienes tuvieron una noche muy errática; en el arco, Assmann se lució y defendió el triunfo con mucha autoridad mostrando un gran nivel. En este contexto, el zapatazo salvador de Marco Pérez, quien ingresó al inicio del complemento, es valorado en demasía por un Independiente que no tuvo ideas para llegar al arco contrario. De hecho, la única maniobra que llevó peligro al área rival fue justamente la del colombiano, quien definió cruzado a pesar de tener un ángulo muy cerrado para el remate.
Hoy, más que nunca, la prioridad es mejorar a pesar de haber presentado un equipo alternativo. De repetirse el planteo del Turco, bastante conservador, será muy complicado vencer al Inter en Brasil por la vuelta de la Recopa Sudamericana. Antonio Mohamed deberá plantear un equipo que esté apto física y mentalmente para no sufrir más de la cuenta en uno de los partidos más trascendentes de la historia de Independiente. El plantel está, esperemos que las ideas también estén.