Independiente perdió 1-0 con Lanús en la última jugada del partido. Juega mal hace rato, el técnico no le encuentra la vuelta e institucionalmente está inmerso en la peor crisis de su historia.
En un partido donde prácticamente no hubo situaciones de gol, con muy poquito el Granate se quedó con los tres puntos. Con la cabeza puesta en el partido del martes ante General Caballero por Copa Sudamericana, Eduardo Domínguez optó por un equipo íntegramente alternativo. Sin embargo, el rendimiento del equipo no cambia. Da igual si juega con titular o suplentes, porque siempre lo hace igual: horrible.
Durante los 90 minutos se fueron repartiendo la tenencia de la pelota. Y el partido se destrabó sobre el final, con absoluta responsabilidad de Sebastián Sosa, quien salió a cualquier lado, permitiéndole a Ángel González poner el 1-0 final.
Lo único que se puede rescatar son los debuts de Ramiro Lobo y Rodrigo Atencio. La derrota suena injusta, porque ninguno de los dos equipos hizo mucho para irse festejando. La campaña, como el título lo dice, es asquerosa. Independiente está con grandes chances de terminar último en el grupo. Además, se juega el futuro en la Copa Sudamericana en Paraguay, donde solo sirve ganar.