Néstor Grindetti rompió el silencio en cuanto a los problemas que surgieron en el Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini y lo vinculó a la política nacional.
Independiente decidió alquilar su cancha para dos partidos de Copa Argentina y en ambos hubieron problemas estructurales en las cabeceras que con el correr de las horas se hicieron virales. Si bien, tal como informó el club en su debido momento, se hicieron arreglos y evaluaciones, horas previas al partido con Rosario Central la Justicia decidió intervenir.
Primero el fiscal Mariano Zitto revisó el estadio y pidió que el partido se juegue a puertas cerradas. El Juzgado de Garantías Nº 1 de Avellaneda-Lanús, a cargo de la jueza Mariela Bonafine resolvió la reducción de aforo en un 50% en las tribunas sociales Santoro Baja y Pavoni Baja, y que se realicen arreglos, estudios e informes para poder volver a la normalidad cuando Independiente haga de local con River.
“Nosotros entendemos que hubo un interés sobreactuado del fiscal, pero siempre fuimos respetuosos y cautelosos con la decisión de la Justicia. Ya se están haciendo trabajos sobre la parte de la tribuna, pero los arquitectos me dicen que no hay riesgo alguno”, explicó el presidente en diálogo con Dsports Radio.
“Tenemos toda la documentación lista para ser presentada, así que esperamos que contra River se habilite el aforo completo. Acá la política metió la cola”, cerró.