Julián Velázquez se entrenó con normalidad junto al resto de sus compañeros y explicó que habían esperado el vuelo hasta último momento pero debieron regresar en auto. En el viaje, se les cruzó un ciervo; no pudieron utilizar el contracarril producto de que venía un camión y terminaron volanteando hacia una sanjón. “Al volver el auto hizo trompos, dimos dos vueltas y fue un momento difícil y complicado”, relató.
“Es muy importante utilizar el cinturón de seguridad“, aseguró la Avispa quien realizó trabajos físicos y con pelota al igual que el resto del plantel durante casi 3 horas. El central, admitió que pudo haber sido una tragedia pero por suerte Dios los ayudó. “No hubo pérdida de conocimiento ni golpes fuertes, solo cortes; hoy lo podemos contar y por suerte no pasó nada”, clarificó.
“Fue un milagro por la forma en que se dio el accidente, estamo todos bien y sin golpes“, continuó. La Avispa contó además que era la primera vez que volvía desde Corrientes hacia Buenos Aires en auto rumbo a un entrenamiento. “La ruta es muy jodida y peligrosa de noche“, destacó. Luego, su representante lo fue a buscar a Concordia y se alojó en su domicilio para descansar. En la práctica de Independiente la Avispa fue uno más e, incluso, tuvo un gran desempeño en los trabajos de centros.