Evolución positiva (Columna de Opinión de Denis Fabricatore)
A pesar de haber hecho los méritos suficientes para ganar el partido, Independiente no pudo traerse los tres puntos de Santa Fe. Si bien el rival fue el complicado Unión y estaba la necesidad urgente de ganar, el equipo se va acomodando de a poco y, al menos, da muestras de reacción.
En los últimos partidos hubo una evolución positiva. Ya sea por el trabajo de Ramón Díaz como por la predisposición de los jugadores, la forma de jugar cambió para bien en medio de algunas individualidades que no se tenían previstas. Entre ellas, no se puede dejar pasar la de Matías Defederico, quien ante Unión volvió a tener un nivel “discreto para arriba” en relación a lo que habían sido sus flojísimos primeros partidos.
En la noche del lunes, el Rojo enfrentó a un equipo que insistió mucho y que hizo pesar la localía, pero que a su vez no encontró la forma de vulnerar a una defensa muy sólida, que en el segundo tiempo no contó con Gabriel Milito por lesión. Quizás el punto más flojo sigue siendo Maximiliano Velázquez, quien intentó por la banda izquierda pero pocas veces se proyectó con criterio.
El mediocampo funcionó relativamente ordenado: con un Godoy que las corría todas y un Pellerano que aportó en ataque, Independiente tuvo más cartas ofensivas de tres cuartos de cancha hacia adelante, aunque claramente faltaron algunas ideas en el toque final. El ingreso de Martín Benítez aportó algo de peligro en el área rival (algo que no se conseguía con Parra y Núñez), a tal punto que estuvo cerca de convertir en dos oportunidades. De cualquier forma, al juvenil hay que llevarlo de a poco.
Finalmente, a pesar de quedar relativamente lejos de la lucha por entrar a la Copa Libertadores, la conciencia queda tranquila. El planteo del entrenador fue correcto y se apostó por ir a buscar el partido desde el primer minuto, sin especular. De seguir este camino, las bases para recomponer definitivamente la situación deberían formarse sin problemas.
