Un final ordenado (Columna de Opinión de Denis Fabricatore)
En el último partido del año, Independiente logró un merecido triunfo ante Tigre para cerrar un 2011 para el olvido. Si bien hubo un semestre donde las expectativas eran muchas, las cosas no salieron como todos pensaban y las alegrías se postergaron para un futuro incierto. En este contexto, claramente hacía falta orden, algo que el equipo de Ramón Díaz moldeó en sus últimas presentaciones y que terminó de plasmar en el final del Apertura.
En la noche del lunes, el siempre complicado Tigre consiguió la ventaja muy temprano y la impaciencia de la gente era notoria con el correr de los minutos. En tanto, el nerviosismo del “Matador” fue lo único que impidió más goles en el primer tiempo, ya que desarrollaron un juego mucho más claro que Independiente. Por suerte, el complemento sería muy distinto, y es ahí donde se destaca el trabajo de Ramón Díaz.
Aunque parezca raro, el hecho de reemplazar a los dos jugadores más repudiados por los hinchas( Maximiliano Velázquez y Osmar Ferreyra) abrió el camino para el triunfo. El técnico optó por sacar de la cancha a los dos hombres que recorrían la banda izquierda, arriesgándose a cubrir ese enorme vacío con el ingreso de Patricio Rodríguez y la presencia de Fernando Godoy, quien jugó en todas partes tras la entrada de Cristian Pellerano. Asombrosamente, el planteo dio resultado, ya que a Tigre no le fue fácil atacar por ese lado del terreno y el hueco no se notó.
Por otra parte, la muy buena evolución de Martín Benítez terminó de dar el plus que faltaba en la ofensiva. Con todos los hombres de buen pie jugando en conjunto, Independiente mejoró notablemente y creció en juego, circulación y tenencia de pelota, a tal punto que algunos jugadores levantaron su nivel en la segunda etapa, como Fredes, Defederico y Parra por momentos.
Sin dudas, el partido que se vio ante el equipo de Rodolfo Arruabarrena hace reflexionar sobre una irregularidad que no desaparece por completo, pero a su vez, hace creer en el buen trabajo y en el proyecto a futuro. Con refuerzos que aporten para bien y con una planificación correcta, quizás sea posible dar el gran salto y lograr el despegue definitivo. Mientras tanto, el 2011 termina con un orden técnico, táctico y estratégico. Sólo resta esperar que se mantenga por mucho tiempo.