El hincha de Independiente no puede esperar al próximo domingo. No es ninguna novedad que todos ellos quieren verlo triunfar y aplastar a Racing. Pero este clásico es distinto a los demás. Puede marcar un antes y un después, de forma radical y distinta a otros que ya se han jugado.
El club jamás estuvo en una situación tan cercana al abismo. El descenso acecha y el morbo del fútbol argentino se regodea con la actualidad del “Rojo”. Es normal. Ha pasado con todos los grandes que estuvieron en la zona más baja de los promedios. Ese es uno de los argumentos que califican a este Clásico en un escalón superior a otros.
Tras el casi épico triunfo en Liniers ante un Vélez que está catalogado como el mejor equipo del fútbol argentino, Independiente tendrá la oportunidad de aprovechar el momento. Sí, el fútbol está basado en momentos. Ganarle al histórico rival sería un inflador anímico sideral, sobre todo si se tiene en cuenta lo que le espera al equipo de Américo Gallego en lo inmediato.
En la fecha 4 deberá viajar a Sarandí contra un Arsenal que está con la cabeza en la Copa Libertadores. Luego recibirá a Godoy Cruz, que si bien le ganó a Unión el fin de semana pasado, ha mostrado una baja muy grande en su rendimiento. Respecto a la fecha 6, el “Rojo” tendrá el primer mano a mano: Quilmes de visitante.
¿Cómo plantearlo? ¿Sirve jugar de la misma manera que se hizo ante Tigre y Newell’s? ¿Conviene esperar y hacer un retrato de lo que pasó ante los de Ricardo Gareca? Fabián Vargas fue claro. Independiente es local, y por su grandeza, irá a buscar el partido. El resultado dejará huellas importantes, para bien o para mal. Para el momento del club, es un triunfo más necesario que nunca en la historia.