Independiente volvió a conocer la derrota y mostró nuevamente carencias defensivas. En un primer tiempo parejo, tanto Galeano como Vallés facilitaron el trabajo por derecha de los atacantes riverplatenses. Tuzzio cometió errores infantiles y Mareque siguió pensando más en atacar que en defender. Los dos primeros goles de River llegaron por la banda izquierda luego de que Lucas volviera a destiempo. ¿No es hora de cambiar el esquema?
Desde los primeros minutos, Independiente demostró que iba a jugarle a River de igual a igual. No habían pasado 5 minutos y tanto Pacheco como Mancuello y Silvera ya armaban una sociedad que es de lo poco bueno que muestra el equipo a lo largo de estas 3 fechas.
Si bien River armó un clásico 4-3-1-2, el mediocampo estaba en manos de Almeyda, un jugador que está en las últimas y que generaba espacios que Independiente no supo aprovechar. La pelota no pasaba por Gracián y la única manera de generar juego era por la banda izquierda.
Al llegar el balón al sector derecho, Vallés buscaba el pelotazo luego de pasar la mitad de cancha y, teniendo en cuenta que Fredes no buscaba el espacio y se alejaba de la zona de posesión.
La zona izquierda era el lugar e Independiente para lograr el 2-1 en ataque no solo necesitaba de Mancuello en sociedad con Pacheco, a quien le gusta más ir por izquierda que buscarlo a Fredes, sino que también era buscada por Mareque. Encarando al volante derecho riverplatense y buscando la triangulación.
Gracián, en el medio, mientras tanto ni marcaba ni buscaba el rebote al borde del área. Hay quienes dicen que Gracían hizo un gran partido frente a Argentinos Juniors. Lo cierto es que en el fútbol de hoy, no alcanza con solo 2 pases gol en un tiempo. La marca y la búsqueda constante de la pelota es necesaria. Más, teniendo en cuenta que River cometió errores infantiles durante todo el partido.
Independiente tenía la pelota pero cuando la perdía producto de imprecisiones como las que cometió Fredes durante todo el partido, quedaba mal parado. Y River, supo aprovecharlo. No iban 8 minutos, primer ataque de los de Nuñez, distracción defensiva (¿No es tiempo de dejar de tirar el offside cuando nos contragolpean?), malos relevos, Galeano que no anticipa, Tuzzio que no cruza y el 1 a 0 de Funes Mori.
A Independiente le costaba meterse en juego, Pacheco no demostraba lo que fue en los primeros dos partidos y entrar al monumental con 50 mil personas gritando en contra hacían que el número 9 cometiese imprecisiones a las que nos nos tenía acostumbrado. Hubo 2 pelotas de frente al arco que terminaron en el punto del córner. Faltaba juego colectivo del medio campo hacia la derecha y los centros llovían pero nadie los bajaba.
Fue así como Silvera buscó la triangulación con Pacheco y Mancuello y llegó un pelotazo del medio campo que dejó a silvera mano a mano con Carrizo. Pique y definición ejemplar y a cobrar. 1-1.
No terminabamos de festejar cuando Lanzini metía un toque a lo Gallardo y Funes Mori volvía a definir. Independiente se desesperó y buscó atacar sin cuidarse defensivamente. Mareque iba y no tenía relevo, Vallés cruzaba la mitad de cancha para cortar e Ivan Godoy intentaba anticipar sin fortuna. Nuevamente, River de contra encontraba el resultado. Luego de una masita de Galeano, Ferrari encaró a Vallés, lo dejó parado como a un cono y pisó el área. 3-1 siendo superiores en ataque y con una defensa que no anticipaba, ni cabeceaba. Vallés se iba al ataque y cuando volví era superado en velocidad, Mareque no volvía a Tiempo, Galeano muy lejos estaba de ser el del campeonato pasado (después de verlo hoy me animo a decir que va a volver Julián Velázquez) y Tuzzio estaba pensando en cualquier cosa menos en el partido (no hay más prueba de esto que el error infantil que cometió en el final del primer tiempo).
River ya hacía tiempo, no solo hubo un gol claro en offside (lo vi a 100 metros cuando la jugada se desarrollaba en el área grande y el delantero recibió solo en el área chica) y otro muy fino, sino que las divididas eran todas para los de la banda roja. A Gracián lo camisetearon en la única que encaró, pero luego, cuando la jugada se repitió con jugadores inversos, el foul se cobró. Iban 28 del primer tiempo y Ferrero ya se tiraba al piso.
Independiente necesitaba descontar antes del final del primer tiempo para volver a meterse en el partido. Y Pacheco tuvo la más clara después del gol, encaró entre los defensores, pasó y la tiró por arriba de Carrizo. Cerca..
Silvera le pegaba de todos lados y no levantaba la cabeza. Para colmo, River seguía apostando al contragolpe rápido y tanto Vallés como Galeano no paraban de comete errores infantiles. La última del primer tiempo la tuvo Gracián. Disparo cruzado por lo bajo muy cerca del palo derecho de carrizo. Única del tano en el partido y cambio cantado en el 2do tiempo.
River, por su parte, seguía inquietando. Llegaba por el suelo, con gente y eso preocupaba. Faltaba marca por el sector izquierdo y por la derecha encaraban y pasaban. Lanzini y Funes Mori se entendían muy bien y Tuzzio cerraba mal permitiendo hasta que Arano tuviese peso ofensivo.
A los vestuarios. Desde la tribuna, la gente pedía por la cabeza de Fredes, en cuanto al 4, en el banco no había alternativas (Alguno pedía a Cabrera, sin embargo cuando entró lo hizo en otra posición). Independiente salió decidido y todo el segundo tiempo se jugó en cancha de River.
Martinez le cambió la cara el equipo. En la semana, el enganche o media punta (hoy demostró que está más para armar juego que para acompañar a los delanteros) le había contado a Locos por el Rojo que le gustaba más encarar y tocar que estar al borde del área esperando el rebote. La diferencia con Gracián era y es clara: marcar cuando Independiente no tenía la posesión y molestar a los mediocampistas riverplatenses de manera constante.
Y así fue como con atrevimiento jugó un fútbol que la persona que está escribiendo viene pidiendo desde hace 6 meses. Las malas lenguas decían que Martinez venía de Vélez libre y por ende, relegado. Lo cierto es que hoy por hoy, ese 10 demostró tener mayor claridad e inteligencia que Gracián. Encara cuando sabe que pasa y sino puede pone pelotas seguras y por el suelo.
A los 8 volvía a fallar Pacheco, el cambio era cantado. Independiente tenía la pelota pero no inquietaba, el partido se enfriaba. Faltaba cambio de ritmo en tres cuartos y las divididas seguían siendo todas de la banda. Pittana no permitía ni que los delanteros hagan chilenas y el linea seguía sin levantar la bandera.
Fredes se iba silvado y la gente empezaba a insultar a Comparada y la comisión directiva. Luego a Menotti y hasta se escuchó un “Olé, olé, olé, tolo, tolo…”. Sí señores, en la propia cancha de River.
No quedaba otra que atacar, por compromiso y porque como varios jugadores manifestaron en la semana, “la camiseta de Independiente así lo exigía.” ¿Garnero? Callado, sin ordenar el medio campo y sin ideas ofensivas. La pelota iba de izquierda a derecha, el partido se jugaba en cancha de River pero los delanteros venían a buscar juego muy por detrás del área.
Independiente parecía cómodo con el resultado. Los volantes no iban al ataque y cuando los delanteros perdían la pelota tampoco cerraban a los laterales riverplatenses que demostraron ser más veloces. River tocaba al pelota y desde las tribunas se escuchaba el “ole,ole,ole…”
Recién a los 40 llegó la profunidad. Nuevamente Silvera. 2 oportunidades en 2 minutos. Primero ganando entre tres y no pudiendo definir dentro del área luego de un corner y luego cruzando un tiro tapado por Arano.
Nuevamente, una de las últimas iba a ser de Vallés, entrando al área solamente cuando el partido y la situación estaba al borde de la cornisa. Entró solo en un corner y le erró al arco. Sí, otra vez lo mismo a pesar de haber practicado definción el día miércoles, jueves y viernes.
De más estuvo el gol de Mancuello de carambola y la última definición de Silvera. River fue el mejor de los dos y debió ganar con mayor diferencia. Esto es más de lo mismo…