Julio Comparada llegó a la vida política de Independiente para hacerse cargo del Departamento de Fútbol bajo la presidencia de Andrés Ducatenzeiler. En el 2005, cuando se disputaba un encuentro entre el “Rojo” y Rosario Central por la fecha 10 del Clausura, se convirtió en Presidente y durante sus dos mandatos se tomaron nefastas decisiones que repercutieron de forma sideral en este presente del club. Es un directo responsable del descenso del “Rojo”.
El descenso de Independiente no es de ahora, la institución viene en caída libre desde hace más de 15 años. Bajo la gestión Comparada se acrecentó el pasivo hasta llegar a más de 300 millones de pesos. Las explicaciones que dio cuando estaba finalizando su mandato sobre el manejo de capital fueron distintas a las que utilizó en los últimos días, cuando reapareció públicamente luego de dos años.
La mayor virtud, si es que se puede reconocer alguna virtud de su gestión, fueron los ingresos por venta de jugadores. Independiente recaudó cifras millonarias entre ventas como las de Sergio Agüero, Oscar Ustari y Germán Denis, como nunca antes había pasado en su historia, pero poco se sabe -por no decir nada- del destino real de ese dinero. En su momento, Comparada explicó que dichos ingresos fueron utilizados para la construcción del estadio, pero hace días, en la entrevista que le brindó al Show del Fútbol, se excusó al alto déficit operativo, que en su momento se negaba. ¿A dónde fue a parar todo ese dinero?
Independiente invirtió millones de dólares en un estadio, que todavía no se pudo terminar, antes de pensar en un proyecto serio para una Ciudad Deportiva en el predio de Villa Domínico (adquirido bajo su gestión con el apoyo de Hugo Moyano) o el Complejo de Wilde, que sirva para revalorizar las Divisiones Inferiores u otras disciplinas. Además, jamás se dio a conocer el valor real de la obra en construcción que yace en Avellaneda.
En el plano futbolístico nunca se sostuvo un proyecto serio. Pasaron 10 entrenadores de distintas características en sus seis años de gestión y se contrataron 114 jugadores, con algunos nombres insólitos como los de José “La Perla” Moreno y Leandro Depetris. Unos pocos rindieron sus frutos.
Cuando arribó Julio Falcioni, se cumplió el objetivo de dejar a Independiente en Primera División, pero a la hora de apostar por más se decidió barajar y dar de nuevo. Con Américo Gallego ocurrió lo mismo: luego del fatídico partido con Argentinos Juniors y una temporada de 68 puntos, se apostó a un proyecto a largo plazo con Daniel Garnero que se cayó a pedazos en sólo siete partidos.
Con Antonio Mohamed y la obtención de la Copa Sudamericana se tuvo la oportunidad de recuperar parte de esa rica historia, pero los resultados no fueron los esperados y se comprometió el futuro deportivo a nivel local, algo que hoy en día el “Rojo” pagó y sigue pagando caro.
Por otro lado, comenzó con una relación conflictiva con la barra brava y con el paso de los años les dio un poder inimaginable.
Junto con la de José María Aguilar en River y Eduardo López en Newell’s, la era de Julio Comparada figura entre las peores gestiones de la historia del fútbol argentino. En el descenso las culpas son compartidas, aunque se fue del club dejando a Independiente sin complicaciones en el promedio: 57 partidos jugados y una cosecha de 70 puntos en los tres torneos que le corresponden.
Los Socios no son los indicados para investigar las razones de este vaciamiento que dejó al club en ruinas. Hay una causa abierta en la justicia que llevó adelante Javier Cantero junto a su Comisión Directiva que está investigando al respecto. De todas formas, sí es responsabilidad del Socio exigir, tanto a los actuales dirigentes como a la justicia, para que dicha causa vaya a fondo y se sepa la verdad.