Que Independiente esté pasando la peor crisis futbolística de toda su rica historia no es novedad. Lo que si sorprende, son los números que cosechó el club bajo la gestión de Javier Cantero.
En 22 meses de mandato, el equipo disputó 68 partidos por torneos locales. Cinco fueron los entrenadores durante esos encuentros: Ramón Díaz, Cristian Díaz, Américo Gallego, Miguel Brindisi y Omar De Felippe.
Con 204 puntos en juego, contabilizando el Clausura 2012, Incial 2012, Final 2013 y B Nacional 2013/2014, Independiente solamente sumó 73. Muy poco para un equipo que aspiraba a mantenerse en Primera División y ahora, retornar a la máxima categoría. La cifra deja apenas el 35% de efectividad.
Los errores del pasado, se repitieron: fallas a la hora de armar el plantel, refuerzos de poca jerarquía y cambios de estilos en la elección de los cuerpos técnicos. Además, si tenemos en cuenta la duración de los entrenadores, descontando los parates y pretemporadas, la cuenta da un técnico cada tres meses. Lo que deja en descubierto aún más la profunda crisis.
Cuesta encontrar aciertos en esta dirigencia. Y si los hay, están muy lejos de ser en el fútbol que es lo que mantiene en pie a las instituciones. El hincha quedó golpeado por el descenso y defraudado con esta gestión, que recibió la confianza y la ayuda como ninguna otra. Aún espera respuestas por la pérdida de la categoría y trata de buscar algo de donde aferrarse, para soñar con volver a Primera el próximo año.
