Por la fecha 4 del Torneo de Primera División 2015, Independiente cayó por 2-1 frente a Belgrano de Córdoba. Esta vez, los hinchas cantaron y alentaron todo el partido, pero el equipo no respondió en el campo de juego. Federico Mancuello puso en ventaja parcial al Rojo, tras un golazo de tiro libre. Minutos más tarde, Emiliano Rigoni marcó el empate parcial y en el complemento, de penal, Claudio Pérez le dio los tres puntos al Pirata.
El marco fue muy distinto al del partido con Sarmiento. Mucho se habló en la previa de cómo iban a recibir los hinchas al equipo y, sobre todo, al entrenador Jorge Almirón. Desde el minuto uno, la gente acompañó cantando y aplaudió cada intervención de los jugadores del Rojo. Hasta en inicio del segundo tiempo, ya con el partido igualado en uno, el entrenador se llevó unos tibios aplausos antes de sentarse en el banco de suplentes. Así y todo, Independiente no pudo ganar de local.
Independiente mostró 35 minutos interesantes, de buen fútbol, con precisión a la hora de tener la pelota y toques en velocidad. Sin embargo, abrió el marcador a los 21′, con un gran tiro libre de Mancuello. Sí, otra vez el capitán se hizo presente en la red y consiguió su gol número 20 con la camiseta del Rojo. A los 36′ llegó el empate de Belgrano, con gran complicidad de la defensa. Sergio Escudero, el ex Independiente que en el último torneo se lesionó pateando el banderín del córner, envió un lateral largo al área que Emanuel Aguilera rechazó para el medio y Rigoni mandó la pelota a la red.
En el complemento, cada contra de Belgrano hizo sufrir a la defensa de Independiente, que se mostraba insegura. Solamente se destaca Víctor Cuesta, quien varias veces le salvó las papas a sus compañeros. Almirón aprovechó para meter mano en el equipo, pero sus cambios no dieron resultados. A los 30′, un horror defensivo terminó en penal para la visita, pitado por Diego Ceballos. Chiqui Pérez, un especialista, no falló y puso las cosas 2-1.
Con el partido en desventaja, Independiente fue desesperado y desordenado a buscar el empate, pero no lo logró. El final del partido fue similar al de Sarmiento, el equipo se fue al vestuario bajo una lluvia de silbidos y algunos insultos. El técnico deberá trabajar en la falta de efectividad y sobre todo, en no cometer los horrores defensivos que se vienen mostrando en los últimos partidos. Además, preocupa la falta de variantes para jugar ante rivales que se cierran atrás y la irregularidad de resultados.