Independiente hizo todo para vencer a Banfield, pero desperdició una enorme cantidad de chances, dejó crecer al rival, se complicó solo y se le escapó un partido increíble. Fue empate 1-1 en el Florencio Sola. Matías Pisano abrió la cuenta para el Rojo en el primer tiempo, pero Franco Bellocq igualó en el complemento con un gol en contra.
Cuesta creer que el equipo de Jorge Almirón no se haya quedado con los tres puntos. Es que, desde el comienzo hasta el final, contó con oportunidades clarísimas para ganar cómodamente pero falló en la definición. Independiente empezó el partido con una gran dinámica en ataque, generando espacios, jugando al ras del piso y llegando con peligro al área rival.
Tanta insistencia dio sus frutos a los 14 minutos. Federico Mancuello recuperó en mitad de cancha y jugó con Pisano, que abrió para Francisco Pizzini; el delantero dominó por izquierda y se la devolvió al ex Chacarita, que se sacó de encima a un defensor y la picó con clase ante la salida de Fernando Pellegrino para anotar el 1-0. La desesperación del local por empatar hizo que descuidara la última línea, y fue ahí cuando el Rojo encontró huecos y desperdició varias ocasiones en los pies de Lucas Albertengo, Pizzini y Mancuello.
Independiente se fue al descanso con sólo un gol de ventaja y con la tranquilidad de haber sido muy superior, pero lo peor estaba por venir. Almirón metió mano en el equipo y salió a jugar el complemento con Bellocq en lugar de Martín Benítez, un cambio que le jugó demasiado en contra. La idea era ayudar a Jesús Méndez -amonestado- en la marca y soltar más a Mancuello y Pisano, pero las cosas no salieron bien.
El Rojo siguió perdiéndose muchos goles y, de a poco, empezó a ceder ante la presión de un Banfield, que sin ser claro, crecía cada vez más. Y en una de las pocas jugadas que tuvo a su favor, más precisamente en un tiro de esquina, el equipo de Matías Almeyda dio el golpe que se veía venir: tras una serie de rebotes, Mauricio Asenjo definió mordido, la pelota rebotó en Bellocq y se metió en el arco del Ruso Rodríguez.
Si bien el empate fue un cachetazo para Independiente, el nivel del equipo no bajó y las chances de ganar seguían apareciendo, pero la falta de puntería lo dejó con las manos vacías. De hecho, perdió dos oportunidades inmejorables: primero Mancuello erró un gol increíble tras recibir de Méndez, eludir al arquero y definir desviado con el arco vacío; más tarde, Pisano encaró, se metió en el área y sacó un zurdazo que se estrelló en el palo izquierdo.
Los minutos pasaron y los dirigidos por Almirón veían con impotencia cómo se les escapaba un partido que los tuvo como claros dominadores. Banfield también pudo haberlo ganado en el final, pero tampoco acertó en la definición. El partido terminó en un empate que le sirvió más al local y que sembró más dudas en Independiente y en su entrenador. Ya son seis partidos sin victorias y se vienen dos clásicos que pueden definir muchas cosas.