Gabriel Milito volvió al estadio Libertadores de América y fue recibido con una gran ovación por parte de los hinchas de Independiente. El club le entregó una plaqueta en reconocimiento a su trayectoria en el Rojo.
El Mariscal había confesado que sería un partido especial para él. Independiente es su casa, la institución que lo formó como futbolista y persona, su lugar en el mundo. Todos sabían que sería raro verlo en el banco visitante, pero apenas pisó el césped del estadio, el cariño de la gente se hizo sentir con una lluvia de aplausos y un canto ensordecedor: “¡Milito hay un solo, oh, oh, oh!”.
Ni bien salió de la manga, el presidente Hugo Moyano se acercó a Gaby y le entregó una plaqueta en reconocimiento “por su trayectoria y cariño hacia la institución a lo largo de su carrera representando al Rey de Copas en nuestro país, en la Selección y en Europa”.
Hoy está en Estudiantes, pero su legado sigue vivo en Avellaneda. Su amor por Independiente lo llevó a emprender junto a Sergio Agüero la obra de un Centro de Entrenamiento, la cual avanza a paso firme en Villa Domínico y pronto será una realidad. Nadie mejor que él para entender y transmitir que el futuro del club está en las inferiores.
“Si sos hincha del Rojo tenés que gritar: Muchas gracias, muchas gracias Mariscal”, fue el grito de los hinchas antes del comienzo del partido. Él, muy emocionado, agradeció a los cuatro costados con los brazos en alto, como cuando era capitán y saludaba a su gente, esa que cuenta los días para tenerlo de vuelta en Independiente.