Martín Benítez aseguró que los tres puntos obtenidos frente a Vélez en Avellaneda no sólo sirvieron para asegurar la localía en la semifinal del Liguilla Pre Libertadores, sino también para darle el empujón anímico que necesitaba el plantel tras el duro golpe de la eliminación de la Copa Sudamericana.
“Necesitábamos ganar para tener un envión anímico. Creo que fuimos un justo ganador”, comprendió el misionero, uno de los puntos más altos del equipo contra el Fortín. “Se pudo volver al triunfo en casa, ahora tenemos una final. Tenemos que seguir por este camino”, agregó más tarde.
Sobre el desarrollo del partido, responsabilizó a Alan Aguerre y su gran noche en el arco del corto resultado a pesar de haber sido superiores. “Por ahí no nos está tocando convertir a los delanteros, pero lo más importante fue ganar. Tuvimos muchos disparos de afuera, intentamos de varias formas, pero no podíamos doblegar al arquero”, subrayó.
Por último, se mostró feliz por la revancha que se tomó el Ruso Rodríguez. “El fútbol a veces es caricias y a veces es cachetadas. Hoy le tocó volver a convertir. Me pone contento porque hay que animarse a agarrar la pelota de vuelta, porque la última vez no le había tocado meterla, y eso habla muy bien de él”, cerró.