Lucas Villalba se convirtió en el séptimo futbolista en dejar Independiente en este receso. El lateral izquierdo firmó a préstamo por 18 meses en Atlético Tucumán sin cargo y sin opción de compra.
Si bien aún no llegaron refuerzos, el Rojo acelera la salida de jugadores para bajar la cantidad de contratos a pagar. Villalba, de 21 años, firmó a préstamo por un año y medio en el Decano y ya son siete los futbolistas que dejaron el club.
Los que ya se fueron oficialmente
- Facundo Onraita – Rescindió
- Federico Real – Rescindió
- Nicolás Figal – Préstamo por 18 meses a Olimpo sin cargo y sin opción
- Javier Báez – Rescindió
- Federico Gay – Rescindió
- Francisco Pizzini – Préstamo por 18 meses a Olimpo sin cargo y sin opción
- Lucas Villalba – Préstamo por 18 meses a Atlético Tucumán sin cargo y sin opción
…..viste Villalba: a cada chancho le llega su San Martín …ya era hora que emigres a ver si en otro club podes mejorar….no te preocupes x tu puesto que ya FERNANDO BERÓN lo tiene bien cubierto con “FABRICIO BUSTOS” (una gran promesa, zurdo) que en cualquier momento aparece por la primera ….a éste pibe, carácter, no le falta …FELIZ 2016 PARA TODO EL PUEBLO ROJO ¡¡¡¡¡¡¡¡
me olvidé….lo mas lindo de la foto es el teléfono de 1930 ¡¡¡¡¡ hasta en eso somos capos ¡¡¡¡¡¡¡¡
Estoy de acuerdo con lo que dice Eduardo en que a Villalba se lo quemó, se lo comió el escenario. Tuvo algunos partidos muy buenos al principio, después la debacle se lo llevó puesto como al resto.
Después de eso, tuvo oportunidades y nunca logró afianzarse. Seguramente lo que le falta es caracter, ojalá el préstamo le haga bien como pasó con Mancuello. Es del club y ya por eso, tiene más crédito que cualquiera que traigan, aunque a algunos les cueste darse cuenta de eso.
Este es buen jugador, le tocó con 19 años jugar en el infierno. La gente, como siempre, resuelve sus problemas personales en la cancha y lo curioso es que se la tomen con el más débil, como siempre. Después nos quejamos e insultamos a éste cuando juega en otro equipo. Patético. Nos hemos transformado en una hinchada insoportable, intolerable, pareciera que queremos que pierda el equipo. En vez de alentar, insultamos. Con tanta mala onda, es difícil ganar. Esperemos que en el nuevo año esto cambie.
suscribo totalmente
Suscribo lo que dice Salleras; soy vitalicio, a veces estando en la platea dan ganas de irse para no escuchar tantos insultos y barbaridades de gente, que daría la impresión que nunca ni siquiera por equivocación tocó una pelota !
Totalmente