Fernando Espinoza dirigió por primera vez un partido de Independiente y tuvo un desempeño lamentable. Omitió dos expulsiones de Tigre y, para compensar, cobró un penal polémico para el Rojo.
La primera equivocación grosera fue no expulsar a Martín Galmarini. El defensor ya estaba amonestado y cortó una jugada con un manotazo evidente. Enseguida se agarró la cabeza sabiendo que se venía la roja. Sin embargo, el juez cobró la infracción e increíblemente no le sacó la segunda tarjeta amarilla.
Más tarde, pasó algo similar con Carlos Luna, quien le metió un planchazo a Nicolás Tagliafico con una amonestación a cuestas. El delantero debió recibir la segunda amarilla e irse a las duchas, pero Espinoza también lo perdonó.
En el final del primer tiempo, el juez devolvió gentilezas sancionando una falta dudosa de Nelson Ibáñez contra Maximiliano Meza adentro del área, en un mano a mano donde el jugador de Independiente ya había definido y había saltado para evitar el choque con el arquero. Víctor Cuesta se hizo cargo del penal y lo cambió por gol.